La Cañada Polo Club está ubicado en el kilómetro 61,500 de la ruta 6.
Un médico mató en la madrugada de ayer de un disparo en la cabeza a uno de los dos encapuchados que entraron a robar a su casa dentro de un country de Luján, cuando amenazaban con llevarse a su bebé de un año. Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que el médico empleó un revólver calibre 38 que escondía debajo de la almohada por temor a ser asaltado.
El hecho ocurrió alrededor de las 0.40 de ayer en la casa del médico Hernán Freire, de 35 años, dentro del country La Cañada Polo Club, en el km. 61,500 de la ruta 6, en Luján.
Freire -quien está imputado por homicidio, pero no fue detenido porque el caso se encuadra en una “legítima defensa”-, se especializa en cardiología pediátrica y trabaja en el departamento Materno Infantil del Hospital Austral de Pilar.
Todo comenzó cuando dos delincuentes armados y encapuchados ingresaron a la vivienda por una ventana de la cocina y despertaron al médico y a su esposa. También estaban durmiendo en sus habitaciones el hijo de 1 año y la hija de 3. Fuentes de la Jefatura Departamental Mercedes y de la Distrital Luján aseguraron que el matrimonio se mostró colaborador con los ladrones y Freire les entregó su billetera y 1.000 pesos en efectivo que tenían en la casa, pero los ladrones no se conformaron.
“Querían más dinero y uno de ellos amenazó con llevarse secuestrado al bebé de un año si no les daban más plata. Se mostraban en todo momento muy nerviosos”, explicó un jefe policial.
Freire prometió buscar más dinero en la habitación, pero en realidad tomó el revólver calibre 38 que guardaba debajo de la almohada y atacó a balazos a los delincuentes. Disparó en dos oportunidades y en ambas dio en el blanco.
Uno de los encapuchados cayó muerto con un certero disparo en la frente, mientras que el cómplice también resultó baleado, pero logró escapar de la casa dejando un reguero de sangre en su fuga.
“Tiene varias armas que pertenecían y estaban registradas a nombre de su padre, entre ellas el revólver 38”, dijo a Télam una fuente judicial sobre el médico.
La misma fuente explicó que si bien el cardiólogo no había declarado hasta anoche formalmente en la causa, le dijo a la policía que “dormía con el arma debajo de la almohada por temor a un asalto como el que terminó sufriendo, siempre la tenía a mano”.
Voceros judiciales confirmaron a Télam que hace unos 15 días se registró un asalto violento a otra familia en el mismo country y que por ese motivo los vecinos estaban atemorizados.
La policía rastrilló las inmediaciones del country y los hospitales de la zona en busca del prófugo herido, pero hasta el cierre de la presente edición no habían logrado encontrarlo.
Los peritos creen que los ladrones entraron por el alambre perimetral y lograron burlar a la seguridad privada del barrio cerrado.
“No es un country con eficientes medidas de seguridad. Había entre dos y tres vigiladores para todo el barrio”, comentó uno de los investigadores.
El encapuchado que terminó muerto no había sido identificado, tendría unos 30 años y su cadáver fue llevado a la morgue del Hospital de General Rodríguez.
El caso es investigado por el fiscal Oscar Reggi, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 13 descentralizada de Luján, quien abrió dos causas en un mismo trámite.
Por un lado, un expediente caratulado robo calificado por el uso de arma apta para el disparo consumado -el ladrón que huyó se llevó la billetera del cardiólogo-, y por el otro, el homicidio en legítima defensa con el médico imputado.
“No hay dudas de que éste es un típico caso de legítima defensa. No salió a perseguir al ladrón, sino que se defendió dentro de su casa; los delincuentes estaban armados; su vida corría peligro y además le dispararon”, señaló un vocero judicial.