Las puertas forzadas, ayer, tras el robo.
Eran cerca de las 23 del martes último y la intensa actividad del día ya se había acallado en el mercado de venta de frutas, verduras y hortalizas perteneciente a la Cooperativa 2 de Septiembre de la comunidad boliviana, ubicado sobre la ruta 25 camino a Moreno. Pero en ese momento, una presencia sorpresiva interrumpió la tranquilidad de las cerca de 30 personas que se encontraban dentro del amplio galpón realizando tareas de carga y descarga en los puestos.
Unos 10 delincuentes con los rostros descubiertos y a bordo de 3 automóviles irrumpieron en el establecimiento y perpetraron un espectacular asalto al mejor estilo de un golpe comando. Para lograr su cometido, los ladrones redujeron en primer lugar al personal de vigilancia que se encontraba en el portón de acceso al predio. Así, pudieron llegar al interior del tinglado principal donde se encontraban los trabajadores que permanecían a esa hora en el lugar.
Una vez allí, los delincuentes encañonaron a los puesteros y los condujeron hacia uno de los rincones del galpón; acto seguido los despojaron del dinero que llevaban encima y de los teléfonos celulares. Mientras algunos vigilaban a los trabajadores, el resto de los ladrones se dirigió hacia las oficinas administrativas del mercado, forzó las puertas y las rejas e ingresó a las dependencias en busca de dinero y otros objetos de valor. Al no hallar billetes en efectivo, los malvivientes se apoderaron de computadoras y equipos de audio que se encontraban guardados en ese lugar.
Según relataron testigos del hecho, todos los sujetos que perpetraron el hecho tenían más de 30 años de edad y portaban en algunos casos armas largas del estilo de las que usa la policía.
Uniformados
Las víctimas del atraco señalaron que uno de los delincuentes vestía un uniforme de tipo policial y que, apenas ingresaron al establecimiento, los ladrones vociferaron que se trataba de un procedimiento.
Luego, los sujetos se dirigieron al restaurante del predio y se apoderaron de varios cajones de bebidas gaseosas y de cerveza. Todo lo robado, fue depositado en una camioneta Renault Trafic perteneciente a uno de los socios de la cooperativa, en la que luego se fugaron.
El vehículo apareció abandonado horas más tarde entre los partidos de San Miguel y José C. Paz.
El presidente de la Cooperativa 2 de Septiembre, Víctor Vilca, contó que este asalto fue el tercero que sufre el establecimiento en los últimos años. A su vez, señaló que esta vez exigirán a las autoridades policiales que se esclarezca el hecho y que se refuerce la vigilancia en la zona donde, aseguran, los hechos de inseguridad son frecuentes.
Cabe destacar que la cooperativa fue creada en el 2004 y cuenta con cerca de 200 socios.
Xenofobia
Golpeados por la violencia y la inseguridad
Si bien los miembros de la comunidad boliviana que padecieron el martes por la noche el asalto comando en el mercado de la Cooperativa 2 de Septiembre señalan que los hechos violentos y xenófobos de los que fueron víctimas en otros tiempos se han aplacado, hubo otras épocas en las que eran moneda corriente tanto en el distrito como en otras localidades de la región.
Los asaltos a quinteros bolivianos de la zona de Escobar, Campana, Capilla del Señor y Pilar tuvieron su epicentro allá por el año 2000, “casi coincidentemente con la proliferación sin medias tintas del discurso xenófobo de algunos medios”, señalaba por aquel entonces Gabriel Jurusich, asesor legal del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
De todos los asaltos, sólo 21 habían sido denunciados ante la Justicia, aunque la Federación de Organizaciones de la comunidad boliviana en Argentina contaba ya en ese entonces con unas 80 familias afectadas en más de 50 diferentes ataques. Muchos de los afectados, llenos del pánico que reinaba en la zona de las quintas, jamás hicieron las denuncias. En los mismos robos estaba explícito el condimento de xenofobia y violencia que los tiñó a cada uno: los ladrones se especializaban en amenazar a sus víctimas, atarlas, y estirar largas sesiones de golpes y torturas, que se matizaban con gritos que iban desde el “boliviano de mi...” al más claro “vuelvan a su tierra”, o “dame la plata que le robaste a los argentinos”, siguiendo la lógica más publicitada de la xenofobia nacional.
Detrás de esos gritos podía estar la clave, resistida desde la Justicia como hipótesis valedera, de lo que a esa altura lucía como mucho más que una sucesión de robos. Desde el INADI, admitían por aquellos días que manejaban otras hipótesis. Una de ellas era que los robos disfrazaban en realidad una campaña violenta para ralear de bolivianos las zonas más preciadas para la expansión inmobiliaria, basada en la instalación de countries, clubes de campo y golf.
Manuel Alberti
Le roba el sueldo a una maestra y es detenido
Un joven de 18 años, domiciliado en la localidad de Garín –Partido de Escobar-, asaltó ayer en horas del mediodía en Manuel Alberti a una maestra que acababa de cobrar su sueldo y le sustrajo el salario en su totalidad, además de otros objetos que llevaba en su cartera, pero a las pocas cuadras pudo ser detenido por la policía.
El hecho se desencadenó cerca de las 12.30, cuando en la esquina de Sarratea y Cataneo –a dos cuadras de la escuela Arca de Noé donde la mujer de 40 años trabaja- el delincuente alcanzó a la docente, a la que venía persiguiendo, y le arrebató la cartera.
La maestra se resistió y forcejeó unos segundos con el ladrón, pero luego cayó al piso y el malviviente logró su objetivo. De inmediato, la mujer y algunos testigos del hecho dieron aviso a la policía y el patrullero que recorre esa zona salió a la búsqueda del joven delincuente. A las pocas cuadras, en Hipólito Yrigoyen y 9 de Julio, los efectivos le dieron alcance, lo detuvieron y recuperaron el sueldo de la docente y el resto de los bienes robados. El muchacho ya contaba con antecedentes penales.