El edificio de la ex Anilinas Argentinas, el lugar elegido por los jugadores de paintball y escenario de la muerte.
El edificio de la ex Anilinas Argentinas, el lugar elegido por los jugadores de paintball y escenario de la muerte.
Luego de la polémica generada por la muerte de un joven de 35 años aficionado al pintball, que se cayó en el edificio de la ex Anilinas Argentinas, una de las organizadoras de los grupos que jugaban dio su versión de los hechos a El Diario.
La mujer se identificó como Natalia pero prefirió preservar su apellido. Aseguró que la víctima “no estaba jugando en el momento en que se produjo el accidente”.
Según relató, Paulo Santroni se había comunicado el día anterior para solicitarles, a ella y a sus socios, poder sacarse fotos junto a su equipo de paintball para después subirlas a una página de Internet.
La mujer, que en el momento en el que ocurrieron los hechos estaba controlando a otros jugadores que se encontraban en el predio, aseguró que los jóvenes llegaron vestidos con la ropa típica del paintball y todo el equipo, compuesto por máscaras, marcadoras (símil de armas de guerra que disparan bolitas de pintura) y demás accesorios.
La vestimenta de la víctima y el hecho de que portaba su rifle de pintura, podría haber dado a la confusión de las autoridades policiales que en un principio aseguraron que el hombre se encontraba practicando el deporte en el momento en que se produjo la caída.
“Quiero que quede claro que no estaba jugando, sí estaba vestido de paintball con todo su equipo para sacarse fotos, llamó y dijo ‘¿Podemos ir con el equipo a sacar fotos?’ y le dijimos que sí”, insistió la mujer.
Natalia pertenece a uno de los dos grupos encargados de conseguir el predio, vender las municiones (bolitas de pintura) y arbitrar el juego.
“Como los conocemos desde hace cinco años y son un grupo de personas muy responsables, les dijimos que vengan y le taladramos la cabeza diciéndoles que no se subieran a ningún lugar, pero el momento de estupidez lo tenemos todos”, explicó la mujer.
Tragedia
“Yo me enteré de la caída cuando escuché a uno de los chicos que pedía a gritos que llamemos a una ambulancia y le pregunté de dónde se cayó y me dijo: ‘estábamos en el segundo piso’”, relató Natalia.
Según contó, Paulo y sus amigos decidieron subir a escondidas de ellos, para sacarse una foto en el puente que conecta dos de las naves de la fábrica que permanece abandonada desde hace unos 20 años.
En el segundo piso de una de las edificaciones hay agujeros de cuatro metros de diámetro. Según la joven, en ese lugar había tanques cuando la fábrica funcionaba.
“Contaron que querían sacarse una foto en línea en desnivel en el segundo piso, estaban en línea y aparentemente el accidentado estaba muy cerca del hueco, era el último de la fila, hizo hacia atrás y se cayó”, dijo Natalia.
La chica contó que el grupo, antes del accidente, ya se había sacado fotos en el camino, en donde se encontraba el laboratorio de la planta y que filmaron un video haciendo una corrida de avanzada: “era un book de fotos bien armado, pero quiero que quede claro que no vinieron a jugar”, reiteró la mujer.
A su vez insistió varias veces en la importancia de respetar “las primeras reglas de paintball: el uso de la máscara y no subirse a las alturas” y explicó: “porque la máscara te cubre de frente y no de abajo y son dos de las reglas más claras en lo que se llama juego urbano, ni siquiera te podés subir a un árbol”, lanzó. Al contrario a los dichos de Natalia hay un video en Youtube que muestra cómo un grupo de jugadores lo hacen en las plantas superiores en el viejo edificio de Anilinas.
“Es una irresponsabilidad de todos, pero una persona de 35 años si te dicen vamos a sacar una foto en el cuarto piso con la máscara puesta y sabés que está lleno de agujeros, no te subís, no me subía yo que conozco la fábrica hace mucho tiempo”, lanzó Natalia que cerró: “el chico tuvo gran parte de responsabilidad también, lo que nos da bronca es que no entendemos para qué subieron si no se juega ahí arriba”.
Organización
Según contó Natalia, dentro del mismo predio no eran los únicos en organizar las competencias y proveer de municiones y armas a los jugadores, sino que hay otro grupo de personas que llegan desde Capital y realizan el mismo trabajo, arreglando el ingreso de los participantes al predio, con el mismo cuidador.
Testimonio de un jugador
“Es un deporte muy seguro”
La versión de Natalia, fue corroborada por Martín, quién también prefirió preservar su apellido y señaló que si bien no es de Pilar, estaba el miércoles jugando al Paintball en el lugar en el momento en que ocurrió el accidente.
El hombre aseguró que se encontraba a 100 metros del lugar del que se escucharon los gritos de auxilio cuando el joven cayó al piso y remarcó que la víctima “no estaba jugando, sino sacándose fotos con sus amigos”.
Al mismo tiempo, varias páginas de Internet dedicadas al paintball, muestran en su foro, diálogos y opiniones sobre la tragedia ocurrida en Pilar.
Una de ellas es paintballargentina. com.ar en la cual uno de sus miembros denominado Cordon Gordon dice: “Dado el terrible y lamentable accidente ocurrido el miércoles 24 en la fábrica, vamos a ser blanco de sabe Dios qué acusación, desde paramilitares a nabos, pasando por revolucionarios y enfermitos mentales. Es lógico que la gente que no practica este deporte no entienda de qué se trata y es un gran problema, ya que la mala información genera que nos miren mal y genera problemas entre nosotros. El paintball es un deporte muy seguro, el riesgo de muerte es mínimo y yo lo atribuiría a factores externos al deporte como clima, relieve, etc, pero el paintball que jugamos habitualmente no genera mayores riesgos que una fractura, un esguince o algún golpe, que para los que practicamos deportes son riesgos aceptados y muchas veces inevitables. Ahora el riesgo se lo pone cada uno, hay jugadores que les gusta jugar con la hipotermia, con las pendientes peligrosas, con el cansancio y la deshidratación, pero eso no es paintball, eso es supervivencia tal vez, a lo cual le agregan Paintball. Les recuerdo que el Paintball, es un juego donde el objetivo es impactar al contario, si un grupo se quiere juntar a desgastar anímicamente al contrario, cortarle los suministros de agua y comida, bien por ellos, pero eso no es paintball”.
El lugar
Según contó la mujer, el lugar es cuidado por un hombre de unos 35 años, con quien ella arreglaba un dinero para que dejara entrar a los grupos que llegaban a jugar: “no era un monto fijo, nos cobraba según el día y su humor”, remarcó Natalia.
La joven reconoció que el lugar no estaba habilitado: “está clausurado desde hace 10 años y es un secreto a voces que todo Pilar lo sabe”, señaló y explicó: “pero respetando las medidas de seguridad no es un lugar peligroso”.
Al mismo tiempo, se supo que el cuidador que el día del accidente se había fugado, regresó a su casa por la noche y se encuentra bajo custodia policial en el mismo predio.