Leandro Didolich muestra las heridas. El joven salvó su vida milagrosamente.
Leandro Didolich muestra las heridas. El joven salvó su vida milagrosamente.
Un joven de 30 años que se trasladaba en su motocicleta desde Presidente Derqui hacia Villa Astolfi por la calle Ameghino fue interceptado por dos delincuentes de entre 15 y 18 años que lo balearon a pesar de no haberse resistido al asalto.
Tras dispararle a quemarropa, los delincuentes huyeron dejando abandonada la motocicleta, la mochila y la billetera de la víctima.
El hecho ocurrió cerca de las 17.20 del miércoles último, cuando Leandro Didolich volvía desde Derqui a su casa de Astolfi en su motocicleta Gilera.
Según contó la propia víctima a El Diario, vio que dos jóvenes dialogaban en un costado de la calle, pero no le dio importancia, creyendo que realmente conversaban.
Pero cuando el motociclista estaba a unos ocho metros de los sujetos, uno de ellos sacó de su cintura una pistola 9 milímetros y lo apunto amenazándolo: “pasame la moto o te quemo”, le dijo el delincuente.
“Le dije que sí, se la entregué y le pedí que me diera los documentos que estaban dentro de la billetera, debajo del asiento”, contó Leandro.
El relato del joven, asegura que mientras el intentaba sacar sus pertenencias del lugar, siempre mirando el arma que lo apuntaba, el malviviente que estaba desarmado y que señaló: “no tenía más de 15 años y el del arma 18”.
“Tironeé hasta quedarme con el asiento en la mano para sacar mi documento”, explicó, pero en ese momento y ya con la moto en su poder, el delincuente armado apoyó la pistola sobre su cabeza, lo que provocó que la víctima se moviera hacia su derecha rápidamente, y disparó.
La bala ingresó por el hombro izquierdo y quedó alojada en su espalda.
Huída
Al sentir el disparo, el joven se arrojó al piso por el dolor y los delincuentes se alejaron unos metros con la moto, dejando la billetera y la mochila de la víctima en el piso.
“Me levante corrí unos 15 metros y comencé a insultarlos”, contó Didolich, que volvió al relato: “allí se les salió la cadena de la moto y parecían más asustados que yo, sin saber qué hacer, cuando se escuchó venir un auto y les grite que era la policía. Dejaron la moto, me dispararon dos veces y huyeron”. Ninguno de los disparos fue certero, por lo que la víctima pudo volver y tomar sus pertenencias.
“Había mucha gente en los alrededores y enseguida se acercaron a ayudarme, algunos automovilistas no frenaron, pero un hombre en un viejo camión Bedfor me acercó hasta Astolfi y desde allí me llevaron al hospital”, contó la víctima.
En el Sanguinetti, lo dejaron en una camilla durante varias horas, le pidieron que se fuera a su casa y volviera en dos semanas ya que el proyectil no afectaba ningún órgano, pero ante su negativa le practicaron una cirugía ambulatoria y le dieron el alta.