El corazón Rojo volvió a latir

Después de la derrota en la fase regular y un 2º cuarto nefasto, Sportivo se pareció a su historia. Defensa y entrega, sus principales argumentos para vencer a un Atlético más equilibrado.

1 de agosto de 2010 - 00:00

 

Román Rodríguez aportó su potencia.

 

 

1º cuarto: Oasis en la Avenida

El arranque del partido número 1 de la semifinal de la Asociación Zárate-Campana tuvo a un Sportivo inspirado. En un par de minutos, metió un parcial de 10-3 en el que dominaba todos los aspectos del juego. Rebotes, defensa, corridas y contraataques. Desbordaba por energía y entusiasmo a un sorprendido Atlético.

Mariano Piaggio y Maximiliano Gutiérrez eran los líderes de la estampida, junto a la potencia de Román Rodríguez.

Pero cuando el Rancho se acomodó, empezó otro juego. Alejandro Irigoyen castigó a distancia y Germán Género, empezaba a mostrar su oficio en la pintura.

El capítulo inicial se cerraba sólo 19-14 para el local, anticipando que sería una noche de rachas.

 

 

 

Nicolás Medina manejó los hilos.

 

2º cuarto: Monólogo del Rancho

El segundo cuarto tuvo un único equipo en cancha. Atlético borró a Sportivo, con su sello y receta de este 2010. Defendió con mucha solidaridad, le ahogó todos los caminos al cesto al Rojo y supo sacarle el jugo a la desesperación de los de la Avenida. Medina fue el patrón y dueño de los tiempos (además de 6 unidades) y Género tuvo compañía en ataque. Fioretto aparecía desmarcado y lastimaba o asistía, Pérez Bazán tomaba buenas y certeras decisiones. Del otro lado, todo era impotencia. Tardó 5 minutos y medio para conseguir sus primeros puntos y en el ambiente revoloteaba el fantasma de la derrota de la serie regular. Sportivo deambulaba, inexpresivo, como en sus peores momentos. Por eso se dio un parcial impresionante de 21-4 para el Rancho, que se iba al descanso largo con una impensada ventaja de 35-23.

 

 

 

Santiago Sicardi hizo diferencia en el uno contra uno.

 

 

3º cuarto: La Resurrección

 

El entretiempo devolvió a la cancha a dos equipos totalmente distintos. Aunque arrancó mejor Atlético, con un triple de Medina que llevó la distancia a la máxima de la noche (38-23), Sportivo fue el dueño absoluto de estos 10 minutos.

Santiago Sicardi hizo sonar el despertador. Aplicó 6 puntos consecutivos y Maxi Gutiérrez tomó la posta; fue el jugador desequilibrante de ese tramo. Su uno contra uno fue imparable para la defensa de Atlético (9 puntos), pero también tuvo los ojos abiertos para encontrar a un compañero solo. La defensa fue la otra herramienta. Sportivo cortó todos los circuitos del Rancho y con cada recupero, metió una estocada frenética. De caer por 15, pasó a ganar, hasta que un par de apariciones de Género, reflotaron a los de la calle Ituzaingó.

 

 

 

Mariano Piaggio, pura actitud en el momento clave.

 

4º cuarto: Palo y palo

 

Los 10’ decisivos tuvieron la aspereza y fricción de un clásico de todos los tiempos. Pocas jugadas limpias y mucho corazón en cada pelota suelta.

En ese rubro, siempre se destaca Piaggio por el lado de Sportivo, pero también fue determinante para la resolución de un partido cerrado y complicado.

Además de sus innumerables rebotes, el de Luján apareció con un triple que le dio oxígeno al Rojo y en la siguiente, metió un doble más falta que terminó de inclinar la balanza.

Aunque Atlético nunca se resignó. Si bien no encontró opciones cuando Género no pudo anotar, un triple de Medina y otro de Irigoyen lo mantenían con vida.

Pero eso fue todo. Sportivo se mostraba más firme y sólido para afrontar el cierre con una luz de puntos tranquilizadora, que Memo Rodríguez la aseguró desde la línea de libres.

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