Ítalo Píccolo con las inconfundibles antiparras, rodeado de amigos y a punto de largar, en una carrera disputada en 1959 en la Feria de Irigoin (donde hoy se ubica el estadio Carlos Barraza).
Ítalo Píccolo con las inconfundibles antiparras, rodeado de amigos y a punto de largar, en una carrera disputada en 1959 en la Feria de Irigoin (donde hoy se ubica el estadio Carlos Barraza).