Correo de lectores

El primer escalón del infierno

22 de marzo de 2023 - 08:20

Sr. Director:

A través de este medio queremos dirigirnos al Sr. Intendente:

Sus obras en el partido de Pilar hablan muy bien de usted, pero en el orden de lo simbólico nos sería muy grato que nuestra tierra no sea el lugar donde se entierren los asesinos y cómplices de la dictadura.

Hoy leemos azorados en un matutino nacional que los restos del Sr. Carlos Pedro Blaquier, son depositados en nuestras llanuras, responsable de trescientas personas secuestradas y torturadas, y 33 desapariciones, y entonces hacemos memoria, y nos vienen a la mente otras tantas personas que, siendo parte de la dictadura, atroz para el pueblo argentino, de manera directa o como cómplices de ella, sus restos se han sepultado en Pilar. Y entonces nos decimos: será que nuestras tierras son el séptimo círculo del infierno del Dante:

“Séptimo círculo: Aquí son castigados los violentos, divididos en tres grandes giros.

Primer giro: Los violentos contra el prójimo, es decir, los homicidas, los criminales, los tiranos, los

violadores y los bandidos se encuentran inmersos en el Flegetonte, un río de sangre hirviente que

simboliza la que derramaron en vida…”

Por qué nuestro espacio vital aún hoy debe ser violentado por ellos, los que asesinaron a miles de personas o fueron cómplices de sus desapariciones, y que aún no podemos recuperar sus cuerpos, para darles un lugar a donde ir a recordarlos. ¿Por qué? ¿La muerte nos iguala a todos y a todas?

Noooo, algunos son más iguales que otros y otras, para los represores, asesinos y cómplices, la muerte les depara un espacio en la Pampa Húmeda en el distrito de Pilar, muy cercano a sus casas de campo o del departamento en Recoleta. Y para otros muchos compañeros y amigos, el Rio de La Plata, o fosas comunes, vaya a saber uno en qué lugar de nuestra América están sus huesos.

Una digresión: ellos fueron capaces de violentar el cadáver de Evita, y su cuerpo desapareció, no hubo

espacio para Ella. Allí tampoco nos igualó la muerte. Es para que, si distraídamente leemos la nota, se pueda hacer memoria, los restos de Evita volvieron al país después de veinte años, y los restos de miles de argentinos desaparecidos y asesinados por la dictadura y sus cómplices hace ya más de 40 años que no sabemos dónde están.

La provocación existe, el dinero y el poder se los

permite, y la grieta también, desde los inicios de la Patria, pero si no queremos remontarnos tan atrás, vayamos a junio de 1955 y preguntémonos a que h. de p. se le ocurre bombardear la Plaza de Mayo plagada de civiles, solo a ellos, a los mismos que en 1976 desaparecieron y asesinaron a miles de compatriotas.

Tenemos bronca: bronca cuando a plena luz del día sacan a pasear su hipocresía.

Comisión por la Masacre de Fátima.

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