1990: Los vecinos de Pilar se movilizan para pedir la libertad de Luis Abelardo Patti. Una movilización organizada por comerciantes y vecinos del centro de Pilar reclamó la libertad del subcomisario, detenido por esos días acusado de torturar a dos detenidos en los calabozos de la Comisaría 1ª, que por entonces estaba a su cargo. Desde ese momento, su carrera política no paró de crecer. Primero, fue el encargado de sostener la versión oficial tras el crimen de María Soledad Morales, en Catamarca. La posterior demostración de que la investigación de Patti llevaba a vía muerta no melló su imagen.
Después, fue designado por Carlos Menem como interventor del Mercado Central. Allí dio origen a la otra faceta que cimentó su camino ascendente: la del administrador prolijo.
En 1995 llegó por primera vez a la intendencia de Escobar y, cuatro años más tarde, su Partido de la Unidad Bonaerense (antecesor del Paufe) ganó el gobierno en Pilar y depositó en la intendencia en Sergio Bivort.
Bastaron pocos meses para que Bivort se distanciara y se recostara en el justicialismo, relegando al pattismo al rol de segunda fuerza, que mantuvo aún durante una década y media. Actualmente, Patti cumple prisión domiciliaria por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.