Tribuna del lector

La Fábrica SIT debe ser un sitio de memoria

Por Redacción Pilar a Diario 11 de agosto de 2022 - 08:17

Por Donato Di Santo
donarinaldi@gmail.com

En primer lugar, agradecer por rescatar del olvido un emblema de aquel Pilar que añoro, y en segundo lugar permítame compartir con los lectores de este medio una opinión, que lejos de ser neutral está cargada de parcialidad.

Mi padre trabajó 38 años en dicha fábrica, lo hizo desde sus inicios, ayudó a levantar las paredes de las grandes naves que llegaban a Pilar desde una Italia arrasada por la guerra. En ella, mi padre y los padres de muchos pilarenses construyeron nuestro futuro, el mío y el de otres tantos hijes.

Eran los años felices de Perón y Evita donde el trabajo fue el pilar de aquellos años. Argentina se industrializaba y nuestra ciudad crecía de manera igualitaria. Bandadas de bicicletas remontaban vuelo por la vieja Ruta 8 y sus destinos eran las fábricas que, a la vera del camino, atracaban sus naves para recibir a miles de operarios y operarias (cabecitas negras, rubias y coloradas). La fábrica también tenía un pequeño caserío para sus encargados. Con el pasar de los años se construyó el barrio San Jorge, el viejo barrio Camerman (nombre de un vecino de la zona), se abrió la estación de servicio, apareció la empresa de trasporte San José, se amplió la ruta, luego llegó el Acceso Norte. Pilar le abría las puertas al progreso, un porvenir pujante pero mucho menos igualitario que el de los años 50.

Fueron pocos los años felices, las dictaduras se encargarían de que rápidamente extrañemos aquello que tanto esfuerzo nos costó construir. A su paso se cerraban fábricas y se abrían kioscos, el país debía volver a ser exportador de materias primas, nada de industrias y menos si las trajo Perón. Así fue como con las dictaduras del 55 al 73 y con la dictadura del 76 al 83 se perdieron miles de puestos de trabajo que se sumarían a los miles de puestos de trabajo que los gobiernos liberales (derecha conservadora) transformarían en desocupados.

Hoy a 40 años de su cierre y a 72 años de su apertura, de los operarios de la fábrica SIT, quedan sus hijes y sus nietes, nos queda el bello recuerdo de haber visto a nuestros padres y madres levantarse todas las mañanas para ir a trabajar. Cuánto se añora. Aún siguen en pie esas naves de los años 50, quizás también habiten dentro de ella los viejos telares, por la memoria de miles de trabajadores y con el respeto que los sitios de memoria me merecen, “La Fábrica SIT”, debe ser un sitio de Memoria urbana y colectiva.

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