Marquesinas: el Municipio promete evaluar cada caso en particular

Intimó a los dueños de algunos locales del centro a modificar su frente. Busca reducir la contaminación visual. Adelantaron que los letreros más nuevos no serían retirados.

26 de abril de 2013 - 00:00

El plazo de 30 días que el Municipio le dio a algunos comerciantes del centro de Pilar para que cambien la fisonomía de sus letreros y marquesinas –con el fin de reducir la contaminación visual- despertó el malestar de muchos frentistas, quienes aseguran que el plazo inicial era de tres meses.

Ayer, en diálogo con el programa Código Plaza (FM Plaza 92.1), la directora de Obras Particulares, Lorena García, afirmó que “la intención es dialogar” con los comerciantes, asegurando que las marquesinas nuevas o que estén en buen estado podrían no ser removidas.

La ordenanza pone como límite de una marquesina 50 centímetros desde la pared hacia la vereda. Está vigente desde 2010, pero ahora se tomó la decisión de avanzar con el cumplimiento de la normativa como parte de un plan integral de embellecimiento del casco céntrico de Pilar. Para ello, ya fueron notificados comerciantes de calles como Rivadavia, Pedro Lagrave, Lorenzo López o Tratado del Pilar.

“A veces la gente es un poco reticente a los cambios –señaló García-, pero nosotros invitamos a los comerciantes a que nos ayuden a mejorar Pilar, que es lo que todos queremos”. Y agregó que el objetivo “es adecuar la cartelería, que está bastante desmesurada y desorganizada, algunos carteles son muy nuevos pero otros están en un estado de abandono total”.

La funcionaria comentó que la idea “es comenzar a eliminar la contaminación visual que tenemos en el centro”, recordando que “se hizo toda una etapa con rampas y esquinas nuevas, ya se está en la segunda etapa, que terminaría en un mes. Con éstas ya tenemos 48 esquinas”. Luego “comenzaríamos con veredas completas, empezando por Rivadavia, entre Hipólito Yrigoyen y Pedro Lagrave”.

Con respecto a quién se haría cargo de los arreglos, si el Municipio o el vecino, García reconoció: “Cómo se va a pagar no lo sé, inicialmente lo está pagando el Municipio, luego será un tema de análisis, como siempre con completo diálogo”.

No obstante, recordó que como dice la ordenanza “cada frentista es responsable de su vereda, pero lo vamos a hacer nosotros por un tema de homogeneidad, de mejora del centro. Sobre Rivadavia ya se sacaron muchísimos carteles, en el caso de los monopostes no tuvimos dificultad, el domingo se estuvo trabajando para sacar los que quedaban, sin resistencia ni mucho menos”.

 

Urgencias

Sobre el plazo estipulado, indicó que en la ordenanza “figuran 30 días, pero no va a ser tajante y se va a otorgar más tiempo según el caso, porque no son todos los carteles iguales ni están en las mismas condiciones. En algunos casos hasta había riesgo eléctrico, carteles que tenían cables enredados y reflectores tal vez en desuso pero conectados a la red eléctrica”.

En cambio, aseguró que “si la marquesina está nueva, está impecable, no hay riesgo de que se caiga, no tiene postes en la vereda, se verá”.

Por otra parte, García se refirió al problema de la ocupación de las veredas: “El ancho promedio de las veredas de Pilar es 2,40 metros. Para circular, por ejemplo, en silla de ruedas, hay que tener al menos libre 1,10 metros. En lo que queda de vereda debería estar desde un cesto de basura hasta una garita de colectivo, pero si se tienen carteles o exhibidores ocupando ese espacio, no corresponde”.

Luego de asegurar que desde el Municipio se invitará a la Sociedad de Comerciantes (SCIPA) para interiorizarla del proyecto y lograr un canal de diálogo, la funcionaria afirmó que “la limpieza de la vereda para la libre circulación es una urgencia. Lo que es aéreo se puede evaluar en forma particular, si la marquesina es nueva no seremos tan necios”.

 

El dato

De no cumplir con las modificaciones, a los comerciantes intimados les cabría una multa de hasta 40 sueldos básicos municipales: es decir, unos 106.463,60 pesos.

 

Quejas

“No puedo comprar una marquesina nueva”

En la mañana de ayer, Gerardo, comerciante que hace 35 años es propietario de una zapatillería en la calle Rivadavia (y al cual le llegó la intimación) se refirió a su caso particular: “Tuve una marquesina de la misma medida actual durante 15 años, luego puse una nueva. Cuando hicimos la reforma no nos avisaron nada sobre las nuevas normativas”.

El hombre agregó que “nos piden un modelo de marquesina que no sobrepase más de 50 centímetros sobre la vereda, pero generalmente sobresalen entre 1 y 1,50 metros. Que las nuevas se adecuen a las que ya están”. A su vez, señaló que “no estoy en condiciones de comprar una nueva, es muy costoso –unos 20 mil pesos-”.

Por otra parte, el comerciante pidió que “antes de intimarnos a nosotros intimen a las empresas que deben hacer el cableado subterráneo, que se pidió hace una mayor cantidad de años”.

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