Verduras

Argentina produce verduras en la Antártida a través de cultivos hidropónicos

Por Redacción Pilar a Diario 6 de septiembre de 2022 - 07:16

No existe un lugar en el planeta donde la vida sea tan extrema como en la Antártida. Sin embargo, países como Argentina tienen bases con dotaciones permanentes durante todo el año. Un ejemplo de ello es la Base Marambio.

La alimentación en la Base está fundada en comida híper congelada que llega una vez al año, cuando se inicia la invernada o cuando el avión Hércules encuentra un hueco climático para unir Río Gallegos, la ciudad patagónica argentina en el sur del continente, con la base.

Y en este contexto surge un proyecto de agricultura con un sistema de cultivo acorde al entorno. Después de siete años de pruebas se cosecharon plantas adultas ocasionando un cambio histórico en la dieta de los 87 habitantes de la base antártica más importante de Argentina. Hasta este año, no había manera de consumir verdura fresca.

El proyecto de agricultura se encuentra en el Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI) instalado en la Base Antártica Conjunta Marambio.

JORGE BIRGI, investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) e ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral UNPA), es el director del experimento. También participan el vicecomodoro Federico Vassallo por parte del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) junto al suboficial auxiliar Cesar Ismael Araujo Prado, encargado de la división Prevención de Accidentes, Seguridad e Higiene y Ambiental del Cocoantar.

Entre otras cuestiones, cultivar vegetales en la Antártida implica encontrar soluciones para la ausencia o el exceso de luz solar, ya que mientras en el verano se registra durante las casi 24 horas del día, en el invierno el escenario es el opuesto, con una oscuridad total que se mantiene prácticamente durante toda la jornada.

Debido a esto, para comenzar con los cultivos montaron un sistema de luz artificial y calefacción que funciona a partir del propio generador de energía de la base, que alimenta el módulo en el que se plantan y crecen las verduras.

El módulo es un contenedor marítimo de seis metros que está por fuera de la base y tiene un recubrimiento triple que evita que se pierda calor, para hacer un uso eficiente de la energía.

Entre sus principales beneficios se destacan la eficiencia en el uso del agua, la alta compatibilidad con el automatismo del proceso productivo y la optimización de uso de espacios pequeños. Esto permite que geografías que tienen un mal suelo puedan de esta manera también producir vegetales.  Además, se puede implementar la producción de los cultivos en lugares con suelos de mala calidad, baja disponibilidad de agua, o con condiciones climáticas adversas para la producción como las que presenta el ambiente antártico.

Con respecto a los insumos biológicos, se trabajó con semillas certificadas y tratadas para garantizar su inocuidad, seleccionadas priorizando su resistencia a las bajas temperaturas.

La producción actual es limitada, el módulo tiene la posibilidad de producir cualquier verdura de hoja y hasta frutillas, por lo que se seguirá trabajando para explotar su potencial.

¡Los sábados, es noche de pizza en Marambio! Seguramente, fue la primera pizza de rúcula que compartieron después de la primera cosecha, fue la más aplaudida del mundo.

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar