Hoy celebramos el Día del Árbol. Una fecha que nos invita a tomar conciencia sobre los beneficios ambientales, climáticos y sociales del árbol para la calidad de nuestra vida.
Hoy celebramos el Día del Árbol. Una fecha que nos invita a tomar conciencia sobre los beneficios ambientales, climáticos y sociales del árbol para la calidad de nuestra vida.
Los árboles son vitales dentro de las ciudades. Puesto que son fuente de oxigenación. Son los dueños de los parques. Acogen a la fauna. Y son sin dudas uno de los mejores adornos que pueden tener las metrópolis.
Los colores y olores de los árboles tienen un efecto positivo en la salud mental de los humanos. En un mundo a menudo frío y distante, sus aromas, el ruido de su follaje o sus coloridas hojas y flores resultan tranquilizadoras y estimulantes. Los espacios verdes, ya sean parques urbanos o árboles en las aceras resultan un aliciente para muchas personas.
Los lugares arbolados incitan a las personas a realizar actividades físicas, a reflexionar o a relajarse. En las zonas urbanas, los espacios arbolados son imprescindibles para caminar, correr, andar en bicicleta o contactar con la naturaleza.
Además, gran parte de los alimentos y productos farmacéuticos que consumimos provienen de extractos de sustancias vegetales. Entre los remedios más conocidos se encuentra la Aspirina que se elabora a partir de la corteza del sauce. Pero también hay infinidad de frutas que crecen en árboles. Por lo que son a la vez útiles para proveernos y como motor económico.
Pensemos en los árboles que nos contienen en Pilar, seamos agradecidos y comprometidos.
Primero hay que remontarse a Suecia, que fue el primer país que instituyó un día en el año para rendirle tributo al árbol, en 1840, y así concientizar sobre la importancia de los recursos arbóreos para la Tierra, y de la necesidad de enseñar a niños y adultos sobre las plantas y sus cuidados para preservarlas.
Con la inmigración, los suecos llevaron estos valores a Estados Unidos, país que estableció una fecha especial para celebrar al árbol en 1872. Así, se produjo un contagio a nivel global, y otras naciones siguieron sus ejemplos.
En la Argentina, todo comenzó quizás con Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la Nación desde 1868 hasta 1874, y el principal impulsor de la actividad forestal. En un discurso señaló: "El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no solo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse un complemento indispensable. (…) La Pampa es como nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. Es necesario escribir sobre ella ¡Árboles! ¡Planten árboles!".
La prédica de Sarmiento encontró eco treinta años después, cuando el 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación, en base a la iniciativa del Dr. Estanislao Zeballos, instituyó dicha fecha, en celebración al "Día del Árbol", y cuyo festejo se concretó a partir de 1901.
Este día es la fecha ideal para concientizar acerca del cuidado y también la protección de todas las superficies arboladas, partiendo de la política pública.