Curiosidades

El cambio climático amenaza el Muro de Adriano, la frontera del Imperio Romano en Gran Bretaña

Por Redacción Pilar a Diario 25 de febrero de 2022 - 07:44

Exactamente 1.900 años después del inicio de su construcción para impedir la invasión de las hordas bárbaras, el Muro de Adriano, en el norte de Inglaterra, se enfrenta a un nuevo enemigo: el cambio climático, que amenaza sus tesoros arqueológicos romanos.

Miles de soldados y sus familias vivieron a lo largo de esta muralla de piedra de 118 kilómetros, que atraviesa Inglaterra de oeste a este, marcaba el límite del Imperio Romano y constituye hoy día el mayor complejo arqueológico romano de Gran Bretaña. Dejaron atrás no solo construcciones de madera, sino también objetos que permiten a los científicos reconstruir la vida cotidiana romana en esta región azotada por los vientos.

Muchos de los paisajes del Muro de Adriano se conservan bajo ciénagas y pantanos, un terreno muy húmedo que ha protegido la arqueología durante casi dos milenios. Sin embargó, se advierte que, debido al calentamiento global, se produce un cambio climático y el suelo se calienta más rápido que el aire, endurece una tierra que antes estaba húmeda y deja entrar el oxígeno por las grietas.

Cuando penetra el oxígeno, las cosas realmente delicadas, que están hechas de cuero, textiles, objetos de madera, se rompen, se descomponen y se pierden para siempre.

Hace cincuenta años todo estaba bajo el campo de un agricultor. A lo largo de los años, se han hallado en el perímetro de la muralla estructuras de piedra y madera, zapatos y ropa de cuero, herramientas, armas e incluso tablillas de madera escritas a mano, que permiten conocer la vida en la época romana.

Entre estos restos se encuentra el FUERTE DE VINDOLANDA. Sólo se ha excavado una cuarta parte de este yacimiento y el fuerte es sólo uno de los 14 que hay a lo largo del muro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Este 2022 se conmemoran los 1.900 años del inicio de su construcción.  Es una oportunidad para garantizar que la muralla y sus tesoros sigan estando ahí. ¡Los arqueólogos deberán enfrentarse al reto del cambio climático!

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