No hace mucho, un nuevo grupo de vegetales se sumó a los platos argentinos. Se instalaron de la mano de cocineros y chefs, de viajeros sibaritas o de horticultores audaces.
No hace mucho, un nuevo grupo de vegetales se sumó a los platos argentinos. Se instalaron de la mano de cocineros y chefs, de viajeros sibaritas o de horticultores audaces.
Originarios de China, India o Japón, algunos ya son viejos conocidos, como el jengibre, y otros, nutritivos vegetales que vale conocer y, por qué no, sumar a la huerta en casa.
En esta columna te compartimos cómo se cultivan y cómo se consumen.
El Pak Choy, Pak-Choi, Paksoi o Bok Choy es una hortaliza que a simple vista puede confundirse con la acelga.
Esta verdura tiene un sabor muy parecido a la endibia. De fácil cocción y mejor digestión. Contiene compuestos azufrados con propiedades anticancerígenas. Es rico en ácido fólico, contiene provitamina A y es muy diurético
Su origen es oriental y hay registros de su cultivo en China desde hace más de 1.500 años; en Japón recién se la conoció a fines del siglo XIX.
Es una planta anual con raíz compacta, gruesa y poco ramificada. Sus hojas son erectas, de unos 20 a 25 cm de largo, de color verde oscuro y con borde liso. Los pecíolos son gruesos y carnosos. Las hojas no se “arrepollan”, sino que se disponen libremente formando una copa.
Las hojas de la acelga china son muy ricas cocidas al vapor, salteadas al wok y asadas como las endivias o en papillote.
Cultivo
Se siembra en almácigo. La primera siembra se puede hacer en la última semana de febrero y hasta la última de julio. Germina con rapidez.
Estos plantines requieren humedad constante para evitar el estrés. Se trasplantan de 30 a 40 días luego de la siembra, deberán tener tres o cuatro hojas verdaderas y una altura de entre 10 y 12 cm.
Hay que trasplantarlos a 0,20 m entre plantas y de 0,20 a 0,30 m entre hileras. Prefiere una exposición soleada, suelo profundo, rico en materia orgánica.
Antes del trasplante, es importante que el suelo esté bien preparado: horquillado en profundidad, desmalezado y con compost incorporado. La temperatura ideal para su desarrollo es entre 13 y 18º C. Requiere riegos frecuentes.
Cosecha
Se corta con un cuchillo filoso por debajo del nacimiento de las hojas, en la base de la “copa”.
También se trata de un cultivo de otoño-invierno, y al igual que el anterior, también pertenece a la familia de las Brasicáceas.
Originaria de China, es una planta que, según la variedad, forma un cogollo o cabeza alargada o redondeada. Las hojas internas son de color verde claro, onduladas y con repliegues. Las externas son de un tono verde más oscuro. Una gran nervadura central blanca es característica de esta verdura oriental. Son plantas grandes y voluminosas, que alcanzan los 3 kg de peso.
El hakusay se puede consumir de distintas maneras:
Crudo: en ensaladas aporta, además de su particular sabor, volumen y saciedad. Los numerosos repliegues de sus hojas las hace muy crujientes al consumirlas en ensaladas.
Cocido: se lo incluye en sopas, guisos e infinidad de preparaciones orientales.
En la cocina occidental puede reemplazar al repollo en ensaladas y platos cocidos.
En Oriente se lo encurte tipo chucrut.
Cultivo
Se siembra en almácigo. La primera siembra se puede hacer en la última semana de febrero y, la última, al finalizar julio.
Este superalimento requiere humedad constante. Se trasplantan de 30 a 40 días luego de la siembra. Deberán tener tres o cuatro hojas verdaderas y una altura de 10 a 12 cm. Es importante no excederse de ese período ya que los plantines disminuyen significativamente el crecimiento.
Previo al trasplante es necesario tener el suelo bien preparado: horquillado en profundidad, desmalezado y con compost incorporado.
Hacer un hoyo más profundo que el practicado para los plantines de otras hortalizas. De esta forma quedarán cubiertos hasta el primer par de hojas.
Prefiere una exposición soleada, suelo profundo, rico en materia orgánica.
La temperatura ideal para su desarrollo saludable es entre 13 y 18º C. No se recomienda su cultivo en macetas. Cuidado con el pulgón del repollo y el ataque de caracoles y babosas.
Cosecha
El momento ideal para cosecharlo es cuando el hakusai está compacto. Eso sucede a los 70-75 días después de la siembra. Se corta con cuchillo por debajo del nacimiento de las hojas.
El jengibre posee resinas, grasas, almidón, minerales, aminoácidos y vitaminas A y B. Su aceite esencial es antiespasmódico. En la medicina china se lo utiliza para tratar resfríos, gripes y problemas respiratorios. En comprimidos o en tintura, está indicado para náuseas, mareos y problemas digestivos.
En China e India se lo utiliza desde hace miles de años con fines medicinales y gastronómicos. En Europa aparece mencionado en libros de medicina del siglo X y ha gozado de popularidad en la gastronomía desde la Edad Media. Más tarde, en el siglo XVI, los españoles lo trajeron a América. Es una herbácea rizomatosa de 1 m de altura. Sus flores son muy aromáticas. Kión es otro de sus nombres.
El jengibre se puede consumir, al menos, de tres formas bien distintas:
El rizoma fresco se agrega para dar un sabor picante y aromático a los platos.
El polvo fino de jengibre se utiliza tanto en repostería como en sopas de carne o pescado.
El extracto de jengibre sirve para aromatizar una bebida muy apreciada en los países anglosajones, la ginger-ale.
Cultivo
Prospera en clima tropical húmedo. Requiere un suelo fértil, profundo y con buen drenaje. Se puede cultivar en un sector húmedo y protegido del frío en la huerta. Es muy ornamental.
Así de fácil es cultivar jengibre en casa
1/ Si deseas tener tu propia planta de jengibre, sólo necesitas conseguir un rizoma de jengibre grande, que es la raíz y procura que el rizoma tenga varias protuberancias.
2/ Una vez que lo tengas, selecciona una maceta grande donde lo cultivarás.
3/ También debes adquirir un poco de tierra y humus a base de lombrices para nutrir y fertilizar la planta.
4/ Ahora, para sembrar el jengibre, es necesario que en la maceta coloques un poco de humus, seguido de tierra, pero procura colocar el triple de cantidad de tierra y cubrir el humus. Después, vuelve a colocar el humus y el triple de tierra.
5/ Ahora, entierra el rizoma, pero no lo hagas por completo, procura que por lo menos la mitad del jengibre quede afuera. Luego rocía la tierra, no directo al rizoma, y trata de mantener siempre húmeda la tierra.
6/ Para que crezca mejor el jengibre, se recomienda tenerlo en exteriores y a la sombra. Si lo tendrás dentro de la casa, coloca la maceta cerca de una ventana para que le entre un poco de luz de sol.
7/ Después de unas semanas, podrás obtener en casa esta raíz y disfrutar de sus beneficios.
Cosecha
La recolección de los rizomas tiene lugar de 6 a 12 meses después de la plantación. Cavar cuidadosamente y retirar algunos rizomas.