Ninguno de nosotros hemos elegido este tiempo que nos toca vivir. Pero todo tiempo, con sus luces y sus sombras, se llena de sentido si lo abordamos con el sentido del humor.
Ninguno de nosotros hemos elegido este tiempo que nos toca vivir. Pero todo tiempo, con sus luces y sus sombras, se llena de sentido si lo abordamos con el sentido del humor.
Quizás parezca utópico, pero tengo la firme convicción de que no hay nada mejor que echarle un poco de humor a la vida para endulzar los sinsabores, las noticias trágicas y los dramas que protagonizamos o contemplamos.
El sentido del humor es la capacidad que tenemos para desdramatizar y relajar nuestras vivencias poniendo el acento en lo que tienen de contradictorias, sorprendentes, ridículas y paradójicas. También, es un claro exponente de buena salud mental y física, de una lógica sutil capaz de separar lo serio de lo tonto.
El humor es un recurso indispensable en diferentes contextos. En todos los ámbitos ayuda a forjar vínculos positivos, sorprendiendo el potencial que puede tener para aumentar el bienestar de las personas.
Estamos ante una poderosa herramienta para mantener la capacidad de ser alegres. Pero lo que resulta poco comprensible en pleno siglo XXI es que muchos desconocen el estupendo mecanismo biológico del sentido del humor y sus beneficios, empezando porque cualquiera puede desarrollarlo si se lo propone.
Para lograr esto es necesario tener la voluntad de descubrir las claves del buen humor: lo que nos hace reír, lo imprevisto, lo ilógico. A través de él, rompemos tabúes y aprendemos, a ser más flexibles para incrementar nuestra apertura de miras. De igual manera, si alguien se ríe de nosotros, nos importará menos porque somos capaces de reírnos primero.
La esencia del humor es innata al ser humano y se encuentra en la capacidad de reírse de uno mismo. Eso significa que nos aceptamos como personas aun con nuestras imperfecciones. No es casualidad que la inteligencia emocional esté tan emparentada con el sentido del humor porque se necesita una buena gestión de las emociones para practicarlo. En una persona con sentido del humor anida un corazón con mucha inteligencia emocional.
Pero tampoco hay que distorsionar la importancia del humor: es posible ser buena persona y carecer por completo del sentido del humor; eso sí, quien tenga esta carencia no tendrá la capacidad de reírse, sobre todo de uno mismo y le constará relativizar los disgustos.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que el sentido del humor se puede desarrollar y educar, pero también desvirtuar e incluso perder. Por eso hay que cultivarlo ya que rescata la alegría y mantiene las constantes más sabias de entender la vida. Es un verdadero sexto sentido, una actitud, un modo de mirar e interpretar la existencia a través de la comprensión de la realidad y de los otros.
QUE ESTE 2021 NOS ENCUENTRE BUEN HUMOR!