Después de estar en el ojo de la tormenta por el despojo sufrido en Canadá en la pelea por el título internacional de los cruceros del Consejo Mundial de Boxeo, Yamil Peralta regresó a Pilar y visitó el estudio de FM Plaza (92.1 mhz) para charlar de todo con la serenidad que lo caracteriza, pero también con la firmeza de sus convicciones.
“Era lo que pedía la tele, la gente, lo que yo quería. La oportunidad de un nuevo desafío. Mostramos que estamos para ir por un título del mundo”, sentenció el púgil de Del Viso en Materia Prima.
“Duele, porque me hubiera gustado volver con el cinturón y hablar de cómo lo logramos, pero todo pasa por algo. Más allá de todo hicimos una buena pelea”, describió la sensación de la derrota que establecieron los jueces en las tarjetas, más allá que luego la CMB declaró el título vacante.
“Nos preparamos muy bien para esta pelea. Era una manera de probarme, salir afuera, de un nuevo desafío. Salió mejor de lo que esperábamos”, subrayó.
“Esto hizo más grande todo. Tengo más ganas de ponerme a entrenar y ponerme desafíos más fuertes”, señaló.
En cuanto a Rozicki, su rival, advirtió: “El rival era muy duro, mis respetos”. “Sabía que iba a venir al frente y tenía mucha fuerza. No te podías poner delante de él, porque era su fuerte”, apuntó.
“Tenía su fortaleza y su debilidad en el mismo lugar. Lo habíamos estudiando. Iba a todo o nada, golpeaba bajando la mano, confiaba mucho en su pegada. Por eso nos pusimos a sacar mucha velocidad de piernas, de manos”, explicó.
“Di el peso más bajo de mi carrera (89.300) almorzando y merendando a dos horas para el pesaje. Llegué en categoría para la pelea, para estar lo más ágil posible. Busqué velocidad. Fue gran parte de lo que habíamos planeado”, destacó.
Arriba del ring
Consultado por cómo sintió el combate, Peralta contó: “Se vio que lo dominamos, pero fue un rival duro. Fue una pelea muy trabada y sucia a la vez. Trabajó mucho en la espalda, la nuca. Son golpes que no se ven, son ilegales y el árbitro lo permitía”.
“Pude haber terminado antes la pelea, pero también podía perder por nocaut. Lo pude haber ganado en el tercero y también perdido en el 10. Sí, me sentí ganador claramente”, aseguró.
“Cuando sonó la campana y estaba en mi rincón pensaba ‘no puedo creer, soy campeón internacional’. Hasta que empezaron a demorarse en las tarjetas y ahí me la vi venir”, recordó.
El delvisense describió todo el ambiente que le hizo sentir la localía en todo momento. “Me bajaron un punto, me tuvieron esperando en el vestuario para vendarme. Después me tuvieron 20 minutos arriba del ring. Pero siempre seguí súper enfocado”, aseguró.
“Era un pueblo de 20 mil habitantes y estaban todos ahí”, describió y terminó ganándose el respeto de muchos. “Se agarraron a piñas en la misma hinchada, porque algunos alentaron por mí”, señaló.
El futuro
Desde que terminó el combate, Yamil ya tiene en la cabeza el plante para el futuro, con otro duelo con el canadiense o quien esté enfrente.
“En 12 horas se arregló una pelea con él si quiere revancha. O se buscará otra oportunidad. Estamos enfocados en ser campeones del mundo y a eso vamos, hay que seguir preparándose, esperando lo que sea”, confió.
“Estoy preparándome para donde venga. Hay que sumar peleas. Me sentí en mi mejor momento y lo quiero aprovechar para seguir poniéndome cada vez más fuerte y ser campeón del mundo”, insistió con su gran meta.
“Esto me dio mucha confianza. Sabía que no había margen de error, se hizo lo mejor para llegar a lo mejor. Terminé muy alegre por cómo se trabajó”, destacó Yamil.
“Esta fue la preparación más dura de todas mis peleas y hay mucho para mejorar todavía. Vine y ya quiero arrancar otro plan de entrenamiento”, adelantó.
Papá feliz pero
su hijo sin guantes
Yamil hizo su primer viaje al exterior desde que fue papá de Nadir (10 meses). La paternidad y el ring son un combo que el púgil la supo combinar.
“En todo sentido me cambió. Si bien mi bebé estoy enamorado y no paro de pensar en él, a la vez me hizo fuerte. Me da mucha paz”, describió.
Cuando le preguntaron si lo imaginaba como boxeador en el futuro fue tajante: “ni loco”.
“Es muy duro, muy sacrificado. Que le guste el deporte, pero no el boxeo”, sentenció Yamil.
Repercusiones
“Me sorprendió cómo el país vio la injusticia y reaccionó todo el mundo. Se vio que fui a defender los colores, con eso me fui súper contento. Además, me fui de Canadá con un montón de fans. Eso realmente te llena y te deja contento”, destacó Peralta.