Grandes equipos de la historia

Las chicas que pusieron a Derqui en el mapa provincial

Fueron las primeras camadas de la era Oroná, que generó una revolución en el Rojinegro. Las chicas dominaron la General Sarmiento y acabaron ganando 12 medallas en los Bonaerenses. “Me saco el sombrero con ese equipo”, recordó el DT.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de agosto de 2020 - 09:44

Por Maximiliano Domenech

 

La historia del básquet femenino del club Presidente Derqui es extensa y repleta de nombres y momentos que merecen ser marcados con resaltador. Pero no hay dudas que la misma cambió para siempre en los inicios de la década de los años '90, cuando Daniel Oroná se hizo cargo de la disciplina.

El “Colo” llegó del masculino de El Cruce de José C. Paz para su primera incursión al comando de grupos femeninos y en pocos meses armó una verdadera revolución. Cambió la mentalidad de dirigentes y padres, amplió la captación de talentos a los barrios de la ciudad y acabó construyendo equipos de altísima jerarquía individual y colectiva.

Tanto que en poco tiempo pasaron a dominar por completo la escena local (por ese entonces jugaban en la hoy desactivada Asociación General Sarmiento) y luego hicieron lo propio con los Torneos Juveniles Bonaerenses, en los que obtuvieron 12 medallas.

“La verdad, cuando llegué no me encontré con mucho. Había femenino, jugaban en la Sarmiento con inferiores hasta Cadetas pero con otra mentalidad, y el proyecto lo armamos de cero”, recordó Oroná en charla con El Diario.

“Arrancamos con la escuelita, comenzaron a venir las chicas de los barrios y al año ya se notó la diferencia. En el torneo había cinco o seis equipos muy buenos, un par que estaban un escalón por debajo y varios más débiles. Nosotros enseguida nos pusimos entre los del medio y al año siguiente, las chicas la rompieron”, rememoró el DT, que se mantiene vigente al comando de la Escuela Municipal de Básquet Femenino desde su creación.

Para el “Colo” uno de los secretos fue la disposición de las chicas y sus padres para no dejar pasar ninguna práctica: “las chicas entrenaban todos los días, incluso con los varones, y venían a cualquier hora. Ellas querían y los padres las traían, no había vacaciones”.

Las flores del DT para sus dirigidas son correspondidas desde el plantel. Marina Gargiulo, una de las integrantes de aquel equipo, apuntó que “el Colo tenía una constancia bárbara. Venía enfermo, no faltaba nunca e incluso cuando hacíamos doble turno, se quedaba a comer en mi casa o la de otras chicas para no tener que viajar hasta la suya”.

Para ejemplificar el compromiso de sus jugadoras, Oroná destacó que “Marina postergó su fiesta de 15 porque teníamos un partido clave en Quilmes y no iban a llegar descansadas. Todas eran iguales y ponían el básquet por delante de todos”

Marina recordó ese momento y añadió que “yo también resigné vacaciones, quedándome con mi tía, para hacer la pretemporada, e incluso no fui a la comunión de mi hermana para jugar una final”. “Yo amaba el básquet, de hecho veo una pelota y me vuelvo loca”, señaló.

Tantas ganas y disposición tuvieron su premio. El equipo en el que empezaban a brillar nombres como los de la propia Gargiulo, Verónica Lugo, María Rosa Migliardi o María Villalba se hizo dueño de la Sarmiento en cada categoría por la que pasó y luego amplió sus dominios a los Torneos Juveniles Bonaerenses

Aquella escuadra también la componían Sabrina Alimusi, Marcela Maldonado, María Eugenia Mancini, Estela Tomizzi, Cecilia Navarro y Vanesa Warner.

Proyección

Los Bonaerenses empezaron a principios de los 90. La final siempre fue en Mar del Plata pero en aquellos tiempos duraba 10 días y terminaron siendo la plataforma del lanzamiento provincial del básquet femenino de Derqui.

“Entramos en el 94 y ganamos invictos en Cadetas”, puntualizó Oroná. A partir de allí, los elencos rojinegros sumaron 4 medallas de oro, 5 de plata y 3 de bronce.

Es que las más chicas, que venían pidiendo pista en las otras divisiones, se sumaron al envión ganador y terminaron armando un combo explosivo. Derqui dominó la categoría Cadetas durante cuatro años seguidos y en uno de ellos marcó un récord al jugar las finales de las tres divisiones.

“Salimos campeonas en todas las categorías menos en Juveniles, categoría que te daba un viaje a Europa como premio. Perdimos las dos finales con Quilmes”, evocó Gargiulo. “Fue la única espina que me quedó”, subrayó Oroná. En total, fueron tres las finales perdidas en Juveniles, ya que al año siguiente, Derqui, renovado con las chicas que venían de abajo, cayó ante Ezeiza.

Entre las jugadoras que integraban aquellos elencos menores, pedían pista a fuerza de talento y también se acostumbraron a los podios estaban Laura Gargiulo, Melina Alimusi, Andrea Lugo, Carolina Funes, Cecilia y Soledad Migliardi, Mariana Mancini, Jesica Scotti, Natalia Romero, Gisela Escudero y Romina García.

A la hora de hablar de las virtudes de aquel conjunto inicial, Oroná destacó que “no eran todas amigas fuera de la cancha pero se ponían la camiseta y era un solo equipo. No había con qué darles”. “Es verdad lo que el “Colo” contó sobre el grupo pero lo que no contó es que si se enteraba que salíamos la noche anterior a los partidos, no nos ponía”, evocó Gargiulo entre risas

En cuanto a lo deportivo, el entrenador no ahorró elogios: “me saco el sombrero con ese equipo. Estaban todas muy bien fundamentadas y eran inteligentes para jugar”.

“El nos pedía defensa dura, mucha presión y en ataque no había egoísmos. Teníamos muchas jugadas y para que todas tengan la chance de definir”, aportó Marina, una de las goleadoras del equipo.

“Había muchas grandes jugadoras. Marina jugaba de base y tenía mucho gol, también brillaban María Rosa, Verónica, María, que hacía un gran trabajo silencioso”, elogió el técnico.

Con sus logros y gran nivel, aquel equipo visibilizó la actividad y la convirtió en un emblema de su club, transformado en referente de toda la región.

“A varias nos buscaron y muchas se fueron a jugar de otros clubes como Vélez y Obras. A mí me vinieron a buscar de Boulogne pero le dije a mi papá que ni loco me iba de Derqui”, señaló Gargiulo, enamorada de sus colores. La dueña de la casaca 5 no dudo en precisar que “me parece que fuimos la semilla del básquet femenino en el club, que a partir de allí empezó a ser cada vez de mejor calidad”.

Talento

Desde temprana edad, las chicas de aquel equipo femenino de Derqui captaron la atención de buena parte del ambiente por talento y resultados. Por ejemplo, siendo Mini, dos de sus integrantes, Marina Gargiulo y Verónica Lugo, fueron convocadas a la Selección Provincial de Infantiles que jugó el Argentino en Laguna Blanca, Córdoba. En esa misma divisional fueron invitadas a un encuentro internacional en Newell’s de Rosario e incluso representaron a Buenos Aires en un certamen celebrado en Entre Ríos. “Todos sabían que las chicas eran más que un buen equipo”, sintetizó Oroná.

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