Emmanuel Ibáñez vio nacer a Deportivo Manzanares. Es uno de los jugadores “históricos” del Naranja, que formó parte del plantel que debutó en la Liga Escobarense.
Con 18 años dio los primeros pasos en la Sub 20 y rápidamente subió a Primera, porque en el tercer partido debutó ante Don Torcuato como visitante. “Era bastante chico y jugué algunos partidos en Primera, pero no tantos, entraba desde el banco”, se refirió Emma a su debut en 2012.
Hoy ya con 27 años integra un equipo que espera por volver a jugar y demostrar que tiene condiciones para dar pelea entre los protagonistas de la División A.
“Aquel partido fue todo nuevo. Más para mí que había jugado muy pocas veces en cancha de once y no tengo inferiores. Fue todo un aprendizaje. Los primeros 3 años fueron difíciles para el club, creo que no perdimos en 3 partidos”, recordó el jugador de 27 años.
Andrés Oliva dirigía aquel equipo y quien le dio la oportunidad de jugar en Primera. “La mayoría éramos de Manzanares, con la Sub 20 llegamos a esa Reserva al 4º lugar. Andrés me pidió subir a Primera y a él le agradecemos que nos haya cambiado el chip de perdedores, de ser equipo chico. Después nos pusimos la chapa de bajar a los líderes como Atlético, Villa Rosa, Roma, que venían ahí arriba”, contó.
Renacer
En 2015, Manzanares cerró su campaña de mitad de tabla para abajo y por eso, al año siguiente formó parte de la División B. “El descenso fue durísimo por cómo se dio. Habíamos arrancado bien, tuvimos un bache sin ganar y al final teníamos que sacar los 9 puntos. Ganamos el primero y empatamos dos restantes, y por un punto quedamos en la B”, recordó el descenso.
Pero el año pasado, Manza logró dar vuelta la historia y logró el ascenso a la División A ganando la promoción. “Después del Unión de Ligas fuimos un equipo completamente distinto. Oliva había hecho un gran trabajo, pero la dupla (Marcelo) Marchese-(Martín) Méndez nos asentó, nos potenció como equipo. Manzanares ya había dejado de ser un equipo rústico para ser un equipo de verdad. Creo que con el tiempo esa idea triunfó”, subrayó Emma sobre las cualidades que le permitieron a Manza regresar a Primera.
El exjugador de futsal en Sportivo Pilar no se cansa de destacar la importancia que tiene ser local en su cancha, en su pueblo, con su gente. “Nosotros no sabíamos lo que era la localía hasta que tuvimos la cancha (en 2018). Desde que llegamos Manzanares solo perdió puntos en 3 partidos. Jugar en nuestra cancha te da un plus y tenemos una hinchada que para la Liga es una de las más grandes siendo un club joven”, describió en diálogo con El Diario.
“Manzanares como club es una familia. Los que llegan se quieren quedar porque hay mucho respeto entre los jugadores”, valoró.
