La tierra con turba es buena para las plantas, pero mala para el medio ambiente. Así lo advierten científicos y expertos, quienes advierten de su impacto sobre el planeta y el clima.
La tierra con turba es buena para las plantas, pero mala para el medio ambiente. Así lo advierten científicos y expertos, quienes advierten de su impacto sobre el planeta y el clima.
La turba es una materia natural resultante de la lenta descomposición de restos vegetales en un ambiente húmedo y ácido. Se utiliza en jardinería para aligerar los suelos pesados y enriquecerlos. También es un componente frecuentemente incorporado en las bolsas de tierra que se compran en tiendas de jardinería.
Se estima que este material natural no renovable representa más del 50% del volumen total de los soportes de cultivo (como tierra, turba o fibra de coco, por ejemplo) utilizados por los jardineros.
Lo cierto es que muchos sustratos para jardines contienen turba. Eso es un problema. Y es que la turba es un componente de los pantanos, que durante miles de años almacenaron grandes cantidades de dióxido de carbono. Al extraerla, se libera este gas tan dañino para el medio ambiente a la vez que se destruye el hábitat de muchos animales.
Por suerte existen en el mercado muchos sustratos para jardines libres de turba. Aquí, cuatro consejos para su compra y su utilización.
1. Prestar atención en la compra. Aun cuando diga “reducido en turba” o “pobre en turba” en el envase, esa tierra sigue conteniendo turba. Incluso las tierras orgánicas no necesariamente están libres de turba. Sólo las que dicen “libre de turba” o “sin turba” son realmente las alternativas en base a compost, humus de corteza o fibras de madera. Conviene leer en la lista de ingredientes en letra chica si aparece la turba.
2. Regar más. La mayoría de los sustratos libres de turba no pueden almacenar tan bien el agua como los sustratos habituales. Por eso, los expertos recomiendan controlar más las plantas que crecen en tierra sin turba y, de ser necesario, regarlas más. En comparación hace falta aproximadamente un 10% más de agua.
3. Utilizar más abono. La tierra libre de turba puede contener en comparación menos nutrientes. Por eso, los jardineros aficionados deberían abonarla más frecuentemente, aunque en cantidades más pequeñas. Según los expertos es fácil reconocer cuándo a las plantas les faltan nutrientes por estar en una tierra libre de turba: las hojas se vuelven más claras. Entonces, hay que añadir un abono mineral líquido de acción rápida.
4. Gastar algo más. Los expertos destacan que fabricar una buena tierra sustituta no es algo sencillo. Por eso, las tierras libres de turba por el momento son aún algo más caras. Y es que la turba tiene una estructura óptima y un ph bajo y puede almacenar bien el agua. Pero la turba es pobre en nutrientes, lo que puede perjudicar a algunas plantas. Esto se puede suplir sin problemas añadiendo nutrientes.
- Agregar algo de granulado de arcilla a la tierra, porque almacena mejor el agua.
- A modo de prevención conviene añadir abono nitrogenado puro. Las virutas o la harina de cuerno es mejor incluirlas ya desde que se coloca la planta en la tierra.
- Los sustratos baratos muchas veces son grumosos y mal ventilados. Y frecuentemente presentan desde un principio valores extremadamente altos o muy bajos de nutrientes.
- Una tierra de alta calidad contiene al menos tres sustancias diferentes para reemplazar a la turba. Por ejemplo, fibras de madera, humus de corteza, compost, fibras de coco. Las tierras para macetas y canteros deberían contener, para una mejor estructura, componentes minerales como grava, piedra pómez, arlita o granulados.
- El contenido de sal de la tierra para macetas debería ser de 2,5 a 3 gramos por cada litro y de 0,5 gramos por litro en tierra para siembra. Para arándanos, rododendro, cítricos y plantas de cantero o balcón muy sensibles como las petunias hay tierras especiales con un ph bajo.
No hay que revisar sólo superficialmente si la tierra ya está seca. Lo mejor es introducir un dedo en la tierra para comprobarlo. Porque con el tiempo el agua de riego mueve las partes más pequeñas de la tierra libre de turba hacia el tercio inferior de las macetas. Entonces, allí hay más humedad, mientras que la superficie se seca más rápidamente.
En días cálidos de verano quizá haya que regar varias veces al día, para compensar la menor capacidad de almacenamiento de agua de los sustratos libres de turba.
Para ahorrar agua, ayuda que tengan un plato contenedor, que recoja el agua sobrante. Por cierto, no supone ningún problema que el agua salga marrón.