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La mayoría de los hogares tenían muy pocas camas para dormir en privado. (BBC).
Ésta es la antigua y olvidada práctica del sueño comunitario. La costumbre de dormir al lado de varias personas sobre el mismo colchón, o en distintas camas, pero un mismo cuarto, data de miles y miles de años atrás.
Durante miles de años fue completamente normal acostarse cada noche junto a amigos, colegas, familiares (incluida toda la familia) o vendedores ambulantes.
Cuando alguien estaba de viaje acababa habitualmente tumbado en la cama junto a completos desconocidos. Si no había suerte, este desconocido podía tener un hedor abrumador, producir ronquidos ensordecedores o, peor aún, dormir desnudo.
¿Cuál era la causa? Esta forma colectiva o social de dormir era principalmente una solución práctica a la escasez de camas, que en su momento eran muebles caros y algo suntuosos.
Pero había excepciones que mostraron la existencia de un hábito que iba más allá de la necesidad. Por ejemplo, la nobleza buscaba activamente compañeros de cama para disfrutar de la incomparable intimidad de charlas nocturnas en la oscuridad y de la calidez y sensación de seguridad.
En 1187, el príncipe medieval Ricardo Corazón de León y el rey de Francia Felipe II forjaron una alianza puramente pragmática. Pero luego de pasar más tiempo juntos, comiendo en la misma mesa e incluso del mismo plato, se hicieron amigos cercanos. Para cimentar la relación especial entre ellos y sus dos países, acordaron un tratado de paz y durmieron uno al lado del otro, en la misma cama.
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Gran cama de Ware. (amusingplanet.com).
En 2011, un equipo de arqueólogos descubrió una capa de sedimento prehistórico inusualmente bien conservada en la cueva de Sibudu, en Sudáfrica. La capa contenía restos fosilizados de hojas del árbol Cryptocarya woodie que formaban la parte superior de un colchón de follaje construido en la Edad de Piedra, hace unos 77.000 años. Como especuló en ese momento la líder del proyecto Lyn Wadley, el colchón podría haber sido lo suficientemente grande para todo un grupo familiar.
Es difícil encontrar evidencia directa de sueño comunitario, pero se cree que esta práctica es verdaderamente antigua. De hecho, desde una perspectiva histórica, la preferencia moderna por dormir solo y en privado es profundamente extraña.
Después de un breve lapso en la antigüedad, durante el cual incluso los miembros casados de las clases altas dormían solos, la práctica del sueño compartido sobrevivió durante la época medieval y fue más abundantes a principios del período moderno, aproximadamente entre 1500 y 1800.
En esta época, compartir la cama era extremadamente común. Para la mayoría de la gente, con excepción de los aristócratas y los comerciantes acomodados, así como algunos miembros de la nobleza terrateniente, habría sido inusual no haber tenido un compañero de cama.
Alrededor de 1590, la localidad de Ware, una pequeña ciudad en el sureste de Inglaterra, se hizo famosa por una cama conocida como “Great Bed of Ware”, la “Gran Cama de Ware”, adquirida para una posada llamada White Hart Inn. La cama, que se encuentra actualmente en el Museo Victoria & Albert en Londres, fue una atracción popular durante siglos e incluso fue mencionada por Shakespeare.
Este formidable mueble de roble, con 3,3 m de ancho, 3,4 m de longitud y 2,7 m de altura, presentaba elaboradas tallas de leones y sátiros envueltos en cortinas casi teatrales de rojo y amarillo. En ella podían dormir cuatro parejas. Ellahabría estado disponible para que los viajeros la compartieran.
Compartir cama no tenía las mismas connotaciones sexuales que hoy en día. En la época medieval, los tres Reyes Magos de la Biblia a menudo eran representados durmiendo juntos, a veces desnudos o incluso acurrucados, y los expertos sostienen que cualquier sugerencia de que estaban participando en actos carnales habría sido absurda.
Arropados bajo varias capas de mantas, después de horas charlando en la oscuridad, los compañeros podían fortalecer sus vínculos sociales y proporcionar un espacio privado para intercambiar secretos.
Pero había otros aspectos menos atractivos del sueño comunitario. A pesar de los beneficios de las charlas confidenciales en la oscuridad y el afecto mutuo que los compañeros de cama desarrollaban después de años de compartir calidez física, muchas camas compartidas eran focos de plagas y enfermedades. Con tantas personas apiñadas en los mismos colchones (muchos de los cuales eran refugios ideales para insectos), éstos quedaban a menudo infestados de pulgas, piojos o chinches.
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¿Cómo eran las camas hace miles de años? (elespañol.com).
- ¿DORMIR JUNTOS O SEPARADOS?
A mediados del siglo XIX compartir la cama empezó a pasar de moda, incluso para las parejas casadas. Todo empezó con un influyente médico estadounidense, William Whitty Hall, quien tenía opiniones firmes sobre muchos temas, se convirtió en un apasionado defensor de la idea de que el sueño comunitario no sólo era imprudente, sino también “antinatural y degenerativo”.
En su libro “Sleep” (Sueño), publicado en 1861, Hall invocó señaló que el aire en una habitación ocupada por más de una persona puede contaminarse rápidamente. Además, sostuvo que dormir en la misma cama que un compañero no sólo era antihigiénico y poco saludable, sino también inmoral. Hall incluso llegó a sugerir que el sueño comunitario acercaba a las personas a los ejemplos “más viles” del reino animal.
Como explica la historiadora Hilary Hinds en el libro “A Cultural History of Twin Beds” (Una historia cultural de las camas gemelas), lo dicho por Hall marcó el surgimiento del sueño individualista. Las familias comenzaron a abandonar la antigua práctica del sueño comunitario y, durante casi un siglo, muchas parejas casadas durmieron separadas, en camas gemelas.
Esto sólo se revirtió en la década de 1950, cuando la gente empezó a ver las camas separadas como señal de un matrimonio fallido. Pero el sueño social nunca volvió a tener su anterior popularidad en otros contextos.
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A mediados del siglo XIX compartir la cama empezó a pasar de moda. (independent.co.uk).
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