El pastelero Roberto Linguanotto, considerado el inventor del tiramisú moderno, falleció el domingo 28 de julio, a los 81 años de edad tras una enfermedad. Había nacido en Treviso, Italia, en 1943.
Con su creación del tiramisú, el pastelero Roberto Linguanotto dejó una marca imborrable en la gastronomía mundial. Los detalles.
El pastelero Roberto Linguanotto, considerado el inventor del tiramisú moderno, falleció el domingo 28 de julio, a los 81 años de edad tras una enfermedad. Había nacido en Treviso, Italia, en 1943.
Linguanotto redescubrió y relanzó este postre a fines de la década de 1960, al inicio de su carrera, cuando trabajaba en el conocido restaurante Le Beccherie del centro Treviso, según informa la agencia de noticias italiana ADN Kronos.
Gracias a Linguanotto el tiramisú es hoy una excelencia culinaria reconocida en todo el mundo. El mérito de tal éxito también se debe a su maestría como pastelero y a su deseo de hacer único e inimitable nuestro manjar veneciano.
Aunque el tiramisú tiene varios relatos sobre su origen, la más consensuada es la avanzada por los esposos Clara y Gigi Padovani, autores del libro “Tiramisù”: el primer tiramisú nació en 1959 en el hotel Roma de Tolmezzo (Udine)”. De ahí que el tiramisú haya sido codificado en Treviso y transformado bajo la mano de Linguanotto.
La leyenda cuenta que el nacimiento de este postre se gestó en honor al Gran Duque de Toscana, Cosme III de Medici, a fines del Siglo XVII. En Siena, los pasteleros de la ciudad quisieron reflejar en solo una preparación todas las virtudes del aristócrata, y para eso decidieron incluir el café como sinónimo de fuerza, el cacao representando la virilidad y el queso mascarpone haciendo las veces de la humildad. Pero sin dudas, la historia se vuelve inverosímil si se tiene en cuenta que este tipo de productos no eran tan habituales en esa época histórica.
Más acá en el tiempo, a mediados de los años ‘50, se hablaba de un postre que se servía en la región del Véneto, en el norte de Italia, en uno de los reconocidos burdeles de la zona. La madama del lugar comenzó a ofrecer a sus clientes un plato con efectos afrodisíacos y que los mantenga a la vez despiertos.
Linguanotto, del restaurante Alle Beccherie de Treviso, reveló años atrás cómo fue ese momento clave de la historia de la gastronomía moderna en el que logró la versión moderna que todos conocemos: “Mi llegada al restaurante de la familia Campeol, Le Beccherie di Treviso, data de 1970, inmediatamente trabajé codo a codo con la dueña, la Sra. Alba Campeol, quien me invitó a probar nuevas combinaciones de repostería con sencillez y respetando la tradición de Treviso”.
“Desde el principio quise corresponder a la confianza que me dio la familia Campeol demostrando estar a la altura del rol que me asignaron. Y así, un día, juntando elementos conocidos y sencillos y buscando la mejor portabilidad, nació el postre que inmediatamente se llamó Tiramesú”.
En ese entonces, agregó: “Siempre traté de asegurarme de que los ingredientes, aunque simples, fueran de la más alta calidad, desde el café hasta los bizcochos, desde el mascarpone hasta los huevos. La convicción de haber adivinado un postre perfecto estaba dada por la gran cantidad de raciones servidas, pero sobre todo por los muchos que siempre pedían un ‘bis’”.
“La creencia de que habíamos adivinado un postre perfecto venía dada por la gran cantidad de raciones servidas, pero sobre todo por los muchos que siempre pedían un ‘bis’. El resto es historia..., el Tiramesù que luego pasó a llamarse Tiramisú es el postre italiano más conocido, comido y apreciado en el mundo”, decía con orgullo.
Aún hoy, en el restaurante Le Beccherie de Treviso, se prepara como siempre, con su original forma circular.
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