El océano Atlántico y Pacífico son dos gigantescas masas de agua que ocupan casi el 70% de la superficie marina. Se enfrentan día a día en el Golfo de Alaska, también lo hacen en el Cabo de Hornos, pero ¿alguna vez llegan a mezclarse?
¿Realmente los océanos Atlántico y Pacífico se juntan, pero no se mezclan? En la nota compartimos los detalles para responder a esta pregunta.
El océano Atlántico y Pacífico son dos gigantescas masas de agua que ocupan casi el 70% de la superficie marina. Se enfrentan día a día en el Golfo de Alaska, también lo hacen en el Cabo de Hornos, pero ¿alguna vez llegan a mezclarse?
La respuesta a esta pregunta se ha convertido en un mito a lo largo de los años. Diversas imágenes de dos mares con distintas tonalidades han poblado internet, haciendo parecer que ambos océanos se repelen. Quedando divididos como si una pared natural los separara.
Para empezar, hay que partir derribando una de las creencias más populares: ESTOS CUERPOS DE AGUA SI LLEGAN A JUNTARSE. Lo hacen en el Golfo de Alaska, donde se encuentran el Pacífico Norte y el Mar de Bering; también ocurre en el sur, a través del Pasaje de Drake en Cabo de Hornos.
Hace un par de años se viralizó una fotografía, tomada al norte del continente americano, donde se aprecian dos franjas de agua con colores azules de distinto tono, levantando así la duda si es que estos océanos pueden o no mezclarse.
En simple, la respuesta es sí, ambos océanos pueden mezclarse. Sin embargo, el por qué se produce esta ilusión óptica no es tan sencillo, ya que se consideran una serie de factores que responden a corrientes, salinidad, sedimentos y más.
De acuerdo a la Fundación Aquae, la explicación ante las dudas sobre su mezcla viene por los llamados “eddies”, que se producen en el Golfo de Alaska, y son remolinos de cientos de kilómetros de diámetro que forman las corrientes y la convección oceánica. A través de ellos, a modo de motores naturales, se distribuye las aguas y los sedimentos.
“Esto provoca zonas muy ricas en nutrientes naturales. Aquellos que se encuentran cerca de la zona de la costa de Alaska, transportan sedimentos glaciales y poseen arcillas que colorean el agua, además de enturbiarla”, indica la ONG.
Por lo tanto, lo que parece ser una imagen en la que el Atlántico y el Pacífico no se mezclan, es en realidad un fenómeno natural único. Éste se produce cuando el agua pesada y cargada de sedimentos de los valles glaciares y ríos se vierte en el océano abierto. Allí, en el golfo, los dos tipos de agua chocan entre sí, un azul claro, casi eléctrico, que se combina con un azul pizarra más oscuro.
Algo similar ocurre en el Cabo de Hornos donde se juntan el agua proveniente de los glaciares de la zona y la salinidad de ambos océanos.
Los océanos nunca dejarán de mezclarse o intercambiar agua por completo. Mientras haya vientos y mareas, seguirá habiendo mezcla. Ahora, lo cierto es que con el cambio climático y el calentamiento de las aguas ese proceso parece hacerse más lento.