Tras varios meses de negociaciones, el Parlamento Europeo y los Estados miembros del Consejo de la Unión Europea (UE) alcanzaron el pasado 25 de noviembre un acuerdo histórico para establecer por primera vez una ley común de bienestar para perros y gatos. Desde ahora, las mascotas son tratadas legalmente como miembros de la familia, no como objetos ni mercancía.
Entre las medidas principales destaca la obligatoriedad de identificar a todos los perros y los gatos con microchip, tanto si pertenecen a criadores como a refugios, tiendas o plataformas online.
Los animales vendidos, adoptados o cedidos deberán estar registrados en bases de datos nacionales interoperables, lo que facilitará el seguimiento en toda la Unión.
Un funcionario europeo subrayó que “la trazabilidad completa es esencial para frenar las redes ilegales y mejorar el control sanitario”.
Según la comunicación oficial, el objetivo es claro: “evitar el comercio ilegal, la cría irresponsable y las malas condiciones de bienestar animal, garantizando al mismo tiempo una trazabilidad completa”, explicaron fuentes de la Comisión Europea.
La ley también pone freno a prácticas que dañaban directamente a los animales: prohíbe la cría entre parientes, limita la cantidad de camadas por hembra, exige tiempos de descanso y obliga a que los cachorros pasen al menos ocho semanas con su madre. Todo pensado para evitar explotación y asegurar un crecimiento sano.
Otra novedad fuerte: queda prohibido usar perros y gatos en exposiciones o concursos si tienen rasgos físicos extremos o mutilaciones, y se vetan collares de púas o de ahorque sin sistema de seguridad. La idea es poner el bienestar por encima de cualquier estética o práctica tradicional.
El contexto que motiva esta legislación es el crecimiento sostenido del comercio de perros y gatos en la UE, que alcanza un valor anual de 1.300 millones de euros, según datos de la Comisión Europea.
Con casi la mitad de los europeos compartiendo su vida con un animal doméstico, la UE busca poner reglas claras, proteger su salud y garantizarles un trato digno en todo el territorio. Una decisión histórica para quienes consideran a sus mascotas parte de su hogar.
El acuerdo es todavía provisional, pero se prevé que la ley entre en vigor en 2028, una vez adoptada formalmente.
Tras su aprobación, criadores, vendedores y refugios dispondrán de cuatro años para adecuarse a las nuevas exigencias. Y para los propietarios particulares se contemplan plazos más largos: 10 años para perros y 15 años para gatos.
¿LO SABÍAS?
¡CUIDEMOS A NUESTROS PERROS Y GATOS!