“Este cambio demuestra una reducción notable en la cantidad de hijos por familia, que afecta la estructura y dinámica familiar, pero también a la proyección futura de la sociedad argentina”, explica el informe del Observatorio.
“Cae la fecundidad entre las mujeres jóvenes”, dice el informe. El promedio de hijos por mujer bajó a 1,4 a nivel nacional, con mínimos sostenidos la ciudad de Buenos Aires, donde hay menos de un hijo por mujer: la tasa es de 0,9. Mientras que en Santiago del Estero, Misiones y Formosa su promedio es de 1,7, con un leve descenso en relación al censo 2010.
Los cambios en los patrones de maternidad en el país indican un claro desplazamiento, con la edad promedio para tener el primer hijo ahora situada entre los 30 y los 34 años. Según los datos de los últimos censos, en la franja de edad entre los 30 y los 34 años las mujeres con hijos nacidos vivos crecieron 10 puntos porcentuales entre 2001 y 2022. El 70,5% de las mujeres de esa edad tienen hijos. Mientras que la misma proporción disminuyó en las mujeres de entre 20 y 24 años, edad en la que solo el 31,2% son madres.
El porcentaje de mujeres de 15 a 19 años con hijas e hijos era de 12,4% en el censo 2001, mientras que para 2022 es de 6,4%. Esto significa una importante reducción del embarazo adolescente.
“Teniendo en cuenta el máximo nivel educativo alcanzado por las mujeres en viviendas particulares entre los 14 y los 49 años con hijas e hijos nacidos vivos censadas en 2022, el 40,6% no tienen secundario completo, el 37,9% finalizaron ese nivel educativo y el 25,5% tienen estudios superiores o universitarios completos o incompletos. Estos datos reflejan que, a mayor nivel educativo, menor cantidad de hijos”, agrega el informe.
En el análisis de los cambios en las estructuras familiares en Argentina, se observó un incremento en los hogares sin hijos o sin menores de 18 años durante las últimas tres décadas.
Según los datos, mientras que en 1991 el 44% de los hogares no contaba con hijos menores, para 2022 este porcentaje ascendió al 57%, reflejando un incremento de 13 puntos porcentuales en treinta años.
Los resultados se dieron a conocer el jueves 15 de mayo, Día Internacional de la Familia. Según la Organización de las Naciones Unidas(ONU), esta efeméride busca “crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje que existen para los niños y las niñas y los jóvenes”.
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Mamás grandes y pocos chicos. (ONU).
INCREMENTO DE HOGARES UNIPERSONALES Y MONOPARENTALES
En la actualidad, en el 57% de los hogares no hay chicos menores de 18 años. En tanto, en 1991, había sido el 44%. “Las bajas en la natalidad se reflejan en las estructuras de hogares con menores de 18 años”, dice el informe que fue realizado por las investigadoras Lorena Bolzon, Dolores Dimier de Vicente y María Sol González.
El crecimiento de los hogares unipersonales es una tendencia notable en Argentina, donde los hogares con un solo miembro aumentaron considerablemente en los últimos treinta años. Según el estudio, en 1991, estos representaban solo el 13% del total, pero para 2022, el porcentaje había ascendido a un 25%.
Asimismo, los hogares monoparentales, particularmente aquellos con jefatura femenino, muestran un aumento considerable, según el estudio. Desde 1991 hasta 2010, más del 50% de estos hogares estaban encabezados por mujeres, y actualmente el 80% continúa bajo esta configuración. El crecimiento de estos tipos de hogares superó el ritmo de crecimiento poblacional: entre 2010 y 2022, los hogares aumentaron un 31%, mientras que la población sólo creció un 15% en el mismo periodo, siempre de acuerdo al trabajo.
“Si bien la caída en la natalidad y el descenso en la cantidad de hijos por hogar tiene múltiples causas, las cuestiones económicas inciden significativamente. La evidencia empírica muestra una fuerte correlación entre la cantidad de nacimientos y variables clave como el Producto Bruto Interno (PBI), la población económicamente activa (PEA) y el número de ocupados. Esta asociación acredita que los ciclos económicos influyen de manera significativa en las decisiones procreativas. En particular, los datos muestran que, en contextos de inestabilidad económica y deterioro del empleo, las familias tienden a postergar o reducir la decisión de tener hijos”, señala el informe entre sus conclusiones.
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Hogares con niños. (Universidad Austral).
AUMENTO EN LA POBLACIÓN DE ADULTOS MAYORES
Según datos del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral, en 2022, los mayores de 85 años constituyeron el 11,8% de la población total, comparado con el 1,5% registrado en 1991.
Este incremento no solo resalta una tendencia de sobre-envejecimiento, representada por el aumento en el índice de cobertura en individuos de 85 años y más por cada 100 individuos de 65 años y más, sino que también muestra un índice de incremento del 5,0% al 10,4% entre 1970 y 2022, según el estudio.
En el análisis de las investigadoras, “esto incrementa la situación de vulnerabilidad, que también afecta directamente a sus hijos y, en muchos casos, a los adultos mayores que dependen de ellas”.
“Este escenario subraya la necesidad urgente de diseñar políticas públicas que reconozcan y acompañen estas nuevas configuraciones familiares, distribuyendo de manera más equitativa las responsabilidades de cuidado y garantizando redes de apoyo efectivas”, concluyeron.
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