CURIOSIDADES

El Shincal de Quimivil, las ruinas de una ciudad inca escondida en el monte catamarqueño

Es el gran secreto del norte argentino. Descubrí el Shincal, las extraordinarias ruinas de una ciudad inca del siglo XV que pocos conocen. Detalles.

Por Redacción Pilar a Diario 12 de octubre de 2024 - 07:50

Las ruinas incas en Argentina nos cuentan historias fascinantes de civilizaciones pasadas. Uno de los lugares más destacados es el Shincal, un antiguo pueblo precolombino que se puede visitar y se encuentra ubicado cerca de la localidad de Londres, en la provincia de Catamarca.

Sin dudas, estas ruinas deben ser el secreto mejor guardado de Argentina. ¿Cuántos saben que hay una ciudadela inca en el NOA? No muchos la conocen.

Este es el sitio arqueológico inca más importante descubierto hasta el momento en el país. Fue un centro administrativo-ceremonial construido entre los años 1450 y 1536, período en que el noroeste argentino formó parte del imperio incaico. Se estima que la ciudad llegó a albergar alrededor de 800 personas, y fue el centro de otras comunidades circundantes, principalmente diaguitas, que ascendían a un par de miles de personas.

El Shincal es el nombre dado por los arqueólogos en el siglo XX, debido a la abundante presencia del “shinqui”, arbusto característico del lugar. En esta zona fértil en medio de los ríos Quimivil y Hondo, enmarcado por bosques de talas y algarrobos, los incas instalaron este wamani (capital de provincia). Constituyó uno de los principales centros políticos, religiosos y administrativos del sur del Tawantinsuyo (nombre del Imperio Inca), constituyendo un “nuevo Cusco”. Allí se realizaron actividades económicas varias, como elaboración de textiles (tradición que se conserva en la zona) y cultivo de maíz, ají, quinoa, papa y poroto, además de centro de distribución de metales preciosos que se obtenían en la zona y se enviaban a otros centros del imperio, sobre todo al Cusco.

Sus habitantes, dirigidos por un curaca, se establecieron en un área de aproximadamente 24 hectáreas, donde se pueden encontrar cerca de cien edificaciones, que incluyen depósito y viviendas de pirca, las cuales conservan vestigios de la vida comunal.

Para proteger a las ruinas, declaradas Monumento Histórico Nacional en 1997, las visitas se realizan en grupos reducidos y en horarios establecidos, con una duración de aproximadamente 2 horas.

Fue declarada “Monumento Histórico Nacional” en 1997.

Gracias al trabajo de los arqueólogos, el lugar se puede visitar hoy con guías especializados que ofrecen una mirada profunda a su rica historia. Para proteger a las ruinas, declaradas Monumento Histórico Nacional en 1997, las visitas se realizan en grupos reducidos y en horarios establecidos, con una duración de aproximadamente 2 horas.

Las ruinas en el monte y uno de los dos cerros aterrazados. (Shutterstock)..jpg

  • QUÉ VER EN LAS RUINAS DE SHINCAL DE QUIMIVIL

El sitio arqueológico fue recientemente restaurado y cuenta con buenos servicios, como cabina de recepción al visitante, centro de interpretación, baños, comedor, senderos, espacios de descanso y servicio permanente de guías.

El Shincal tiene un trazado típico cusqueño: aukaipata (plaza), ushnu y kallanka.

En sus ruinas, aún se observa el estilo arquitectónico inconfundible de los incas y un diseño urbano muy similar al que tenía Cusco por aquellas épocas. Sin embargo, el tipo de construcción pertenece a una técnica local: doble muro de piedra relleno en el medio con adobe. Es térmico y antisísmico.

Durante la visita, los turistas pueden encontrar los espacios dedicados a:

  • La administración y los rituales
  • Los lugares de reunión
  • Los morteros que usaban para la molienda

Lo que brinda una experiencia enriquecedora sobre la vida cotidiana de esta antigua civilización.

La ciudad está recostada sobre un valle, a los pies de la cordillera, donde se destaca la Aukaipata, la gran plaza intramuros. Está rodeada por cuatro pequeñas montañas, tan pequeñas que les construyeron una escalera hacia la cima. Cada una apunta a un punto cardinal. La del norte y la del sur, funcionaban como Atalaya o miradores para defensa. Las restantes estaban destinadas como lugares de divinidad. La del Este era para Inti, el dios del sol y la del Oeste para Mama Quilla, la luna.

Para los incas, los astros tenían un valor clave para su economía agricultora y un valor supremo como divinidades. Entre las ruinas del Shincal se encontraron varias revelaciones, por ejemplo, una estructura de piedras en la montaña de la Luna, que apunta directamente a la salida del sol el día del equinoccio de primavera. Por otro lado, también se descubrió, que si uno pudiera trazar dos líneas perpendiculares que unan las cuatro montañas, en la intersección exacta se encuentra el Ushnu, el centro de energía y de poder del universo. Allí edificaron una plataforma ceremonial donde se realizaban distintos rituales a la Pacha Mama (Madre Tierra), ofreciéndole comida, bebidas y sacrificios.

Durante el recorrido también vas a poder observar vestigios de una Kallankaen bastante buen estado de conservación. Estas construcciones servían como grandes galpones para realizar reuniones sociales, fiestas o debates comunitarios. Te vas a encontrar con algunas ruinas de viviendas y varios morteros que servían para moler el maíz. Digo algunas, porque hay mucho territorio que aún sigue inexplorado y seguramente oculto bajo la vegetación

Pero, además, cerca de las ruinas se puede disfrutar de otros atractivos y lugares históricos de la provincia.

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