Liberaron en Chaco guanacos nacidos en Santa Cruz. El operativo de translocación sin precedentes fue realizado por la ONG Rewilding Argentina. Detalles.
Tras 110 años de ausencia, el guanaco volvió a correr libre en el en el Parque Nacional El Impenetrable, vasto territorio del norte de Argentina ubicado en el Gran Chaco -la ecorregión boscosa más grande de Sudamérica después del Amazonas-. La liberación marca un hecho sin precedentes en la restauración del ecosistema chaqueño.
El operativo de translocación—impulsado por Rewilding Argentina — liberó un grupo de ejemplares del mamífero herbívoro en el interior de El Impenetrable, en la provincia argentina del Chaco, donde llegaron tras un viaje por tierra de 3200 kilómetros desde la patagónica provincia de Santa Cruz, con el objetivo de “recuperar el ecosistema”, afirmó en un comunicado la fundación, que trabaja para revertir la crisis de extinción de especies.
El operativo implicó la colaboración de los gobiernos de ambas provincias y de la Administración de Parques Nacionales, ya que los animales provienen del Parque Nacional Patagonia, un ambiente radicalmente diferente para esta especie, que supo extenderse en gran parte de Argentina y es capaz de una gran adaptación a distintos climas y dietas.
Antes de su liberación dentro del territorio protegido, los guanacos se familiarizaron con las plantas nativas y hasta dieron a luz algunos chulengos, como son conocidas sus crías.
Los pueblos originarios del Chaco lo conocían como Nawananga (qom), Lu’hüt (wichí) y Guasukaka (guaraní). El guanaco habitó históricamente los pastizales y sabanas del Chaco Seco, hasta que la caza, el avance ganadero, la pérdida de hábitat y el uso del fuego lo empujaron a la extinción regional hace unos 110 años.
Hoy, en toda la región chaqueña —un territorio enorme, casi del tamaño de Bolivia— sobreviven apenas unos 100 individuos en la frontera entre Paraguay y Bolivia.
Según Rewilding, los guanacos “cumplen funciones ecológicas esenciales: modelan los paisajes mediante el pastoreo, favorecen la diversidad de plantas, reducen incendios al consumir vegetación seca y redistribuyen nutrientes, semillas y carbono a través de sus movimientos”.
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