Un equipo de arqueólogos egipcios y estadounidenses descubrieron una enorme tumba de un faraón desconocido. La tumba, cuya antigüedad según los investigadores es de3600 años, fue hallada a casi 7 metros bajo tierra en Abidos, una de las ciudades más viejas del antiguo Egipto. La ciudad, ubicada unos 480 kilómetros al sur de El Cairo, fue el lugar de entierro de los primeros faraones, y se desarrolló una necrópolis en el monte Anubis, al sur de la ciudad.
La cámara funeraria cuenta con una entrada decorada, varias salas y altísimas bóvedas de 4,8 metros de altura hechas de adobe. Eclipsa a una tumba desenterrada en Abidos hace más de una década, considerada en su momento la primera prueba material de una dinastía de faraones “perdida” allí.
Las similitudes entre la tumba recién descubierta y la descubierta en 2014, que pertenecía a un rey llamado Seneb-Kay, han llevado a los arqueólogos a concluir que el faraón aún desconocido puede haber sido un miembro anterior de la llamada dinastía Abidos.
Esta tumba y la de Seneb-Kay son las tumbas reales más antiguas que se conservan. En la tumba recién descubierta, escenas pintadas sobre ladrillos enlucidos decoran la entrada de la cámara funeraria de piedra caliza, con imágenes de la diosa Isis y a su hermana Neftis, que a menudo eran emparejadas en ritos funerarios.
Pero no se encontraron restos óseos identificables en el sitio recién desenterrado y, al igual que una tumba encontrada cerca del Valle de los Reyes este año, la de Abidos ha sufrido daños importantes a lo largo de los siglos.
En Abidos, los ladrones de tumbas dejaron la tumba prácticamente vacía. Un gran nicho en la cámara funeraria para vasos canopos (vasijas para órganos, generalmente guardadas en una caja dorada) estaba vacío. Los arqueólogos han encontrado cerámica e inscripciones en los alrededores de Abidos que demuestran que, durante el periodo romano tardío, hace unos 1700 años, se excavaban las tumbas para extraer la piedra caliza, el granito y la cuarcita que contenían.
Y aunque el nombre del gobernante en la tumba recién excavada había sido visible alguna vez en bandas amarillas de textos jeroglíficos, las acciones de los antiguos ladrones de tumbas lo habían vuelto ilegible.
Según publicó el sitio especializado National Geographic, el descubrimiento generó gran interés entre los expertos, ya que podría confirmar la existencia de una dinastía oculta en Abidos. La dinastía de Abidos es una de las más enigmáticas del antiguo Egipto, y se cree que gobernó el Alto Egipto entre 1700 y 1600 a.C.
La tumba es mucho más grande que otras tumbas conocidas atribuidas a esta dinastía, y se encontraron franjas de color amarillo decoradas con inscripciones que posiblemente contenían el nombre del difunto faraón en jeroglíficos.
Este es un hallazgo significativo que ayuda a esclarecer una época en la que el antiguo Egipto estaba fragmentado entre potencias rivales que dejaron menos material para el estudio de los investigadores actuales.