Era un clásico muy especial para Boca y River, no por los puntos, sino por la manera que viven este proceso del 2023 estos dos gigantes del fútbol mundial. Boca con la cabeza puesta en la semifinal de la Copa Libertadores de América. Su eterno rival con los problemas internos que estallaron hace unos días en el mundo millonario.
Almirón, de manera lógica, utilizó un equipo alternativo guardando sus mejores futbolistas para el encuentro del día jueves frente al Palmeiras donde se juega la vida, buscando la final tan deseada.
Boca nunca pudo contrarrestar el juego ofensivo y colectivo de River, donde los mediocampistas del millonario hicieron pata ancha en la Bombonera. River tuvo juego fluido y una marcada línea de ataque donde la base solida de Enzo Pérez marcó el camino de la victoria.
Boca en ese contexto nunca pudo reaccionar. Benedetto tuvo una clara posibilidad frente Armani, Pipa no supo resolver en este presente tan bajo que tiene el 9 de Boca. Nunca pudo meterse en la disputa el equipo de Almirón. El sistema no ayudo al rendimiento individual de algunos jugadores. La Bombonera se fue con bronca y fastidio por el resultado, pero sabiendo que el jueves pueden conseguir el pase a la final de la Copa.
Son horas de paz y calma en el mundo River. Una victoria en la Bombonera es lo que necesitaba Demichelis para continuar con su trabajo.
Boca se juega todo el jueves, no solo la clasificación, sino el futuro de muchos integrantes del mundo Boca.