Tomás Bivort fue una de las grandes figuras del rugby de Pilar y en su primer año como capitán de Alumniterminó levantando la copa en el Top 12de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA).
El capitán de Alumni destacó la mentalidad del campeón y la mística de la copa de madera. “Desaparece una vez que la levantás y nadie sabe dónde está”, confió.
Tomás Bivort fue una de las grandes figuras del rugby de Pilar y en su primer año como capitán de Alumniterminó levantando la copa en el Top 12de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA).
“Desde principio de año buscamos construir un juego serio, más que nada en las formaciones fijas. La defensa y tener obtención para conseguir lanzamientos. Lo bueno es que jugamos casi todo el año como si fuese una instancia final. Eso nos hizo llegar bien y preparados para jugar los últimos partidos”, analizó la principal virtud del campeón.
“Habíamos preparado tanto el plan de juego, que era casi de memoria, no hubo que hacer nada nuevo”, completó el hooker.
“Llegamos con confianza a las semifinales y con el SIC tuvimos un gran partido. Fue uno de los mejores, sino el mejor del año, en el que nos salieron todas las cosas”, subrayó.
“Con Belgrano en la final fue diferente, un partido malo en realidad. Mucho por mérito de ellos, que nos metieron mucha presión, no nos dejaron jugar. Si algo rescato es que supimos mantenernos ahí, con la cabeza debajo del agua y con un poquito de suerte se terminó dando para nuestro lado”, recordó la final con el clásico rival.
Consultado por cómo se sintió al levantar el trofeo del Top 12 de la URBA, Tomy apuntó: “La levanté primero, pero la levantamos todos. Es un deporte que jugamos 15, los 23 y todo el club. Más nosotros que levantamos nuestra propia copa, que es la de madera.”
“Es una copa que compraron en 1989, cuando no se entregaba un trofeo al campeón. Ahí Alumni salió campeón 4 años seguidos y levantaban esa copa de madera”, explicó.
“Es una tradición nuestra. Todos los hinchas me lo decían en la previa de la ceremonia. Es simbólica y muy importante para nosotros. Es algo interno, con mucha historia”, subrayó.
“Lo lindo es que desaparece una vez que la levantás y nadie sabe dónde está. Queda guardada, vaya a saber uno por quién, seguramente alguno del tetracampeonato, y aparece si llegamos a la final. Tiene esa mística”, definió. “Para volver a verla, tenemos que laburar todo el año”, completó.
-¿El objetivo será intentar repetir?
-Si me pregustas ¿qué querés?, es salir campeón de vuelta y poder estar lo más arriba. Pero es muy parejo todo el año. Y no está bueno para nosotros, pensar en el campeonato cuando hay que pasar muchas barreras y desafío en el torneo. Eso también lo hace divertido.
-¿En lo individual cómo fue tu año?
- No sé si fue mi mejor año, sí fue distinto. Fue mi primer año como capitán, con responsabilidades nuevas y lo disfruté un montón. Tenemos un montón de líderes dentro del equipo, que han sido capitanes también. Ellos me ayudaron mucho en este nuevo desafío personal.
“Después de salir campeones, contra el clásico, nos fue difícil mentalmente estar a la altura en Tucumán. Nos enfrentamos a un gran equipo, con todo el apoyo de su gente, ellos estuvieron muy sólido”, analizó.
-¿Cómo fue enfrentar a una leyenda como Nico Sánchez?
- Dentro de la cancha un poco te olvidás. Rescato que es un muy buen tipo, muy humilde. Obviamente que es un jugadorazo y se hizo notar. Pasó todo muy rápido, pero cuando mirás para atrás, te das cuenta que jugaste contra un pibe que viste siempre en la tele jugando en Los Pumas. Por eso rescato que es súper sencillo.