Las revoluciones bajaron, los nervios pasaron y la emoción se mantiene, pero el récord nacional de ser el arquero con más minutos sin que le conviertan goles en el fútbol argentino perdurará por un tiempo hasta que aparezca otro que supere lo hecho por Matías Cano. Si, el guardameta de 38 años, que llegó esta temporada a Real Pilar a conseguir el ascenso a la Primera B, todavía no cae del logró personal.
“Cuando logré el récord sentí una satisfacción tremenda”, expresó Cano sobre la marca de 1.119 minutos sin que le conviertan goles en el Torneo Clausura de la C.
“Entre a la cancha sabiendo que estaba eso en juego. En los entrenamientos de la semana me sentía un poco egoísta porque la verdad quería superarlo, estar en un lugar de privilegio del fútbol argentino, es un récord que nosotros no sabemos cuándo vamos a batirlo, este último duró 30 años”, contó.
“Fue una situación distinta que me tocó vivir como futbolista profesional porque sabía lo que estaba en juego. Es un orgullo gigante que comparto más con mis hijos y la gente que me quiere”, destacó.
-¿Ya caíste en la realidad sobre el récord que lograste?
- Ya estoy grande, me pasaron muchísimas cosas pero también me tocó jugar la semifinal de la Copa Sudamericana y recién ahora estoy cayendo. Calculo que esto también va a terminar pasando lo mismo. Ser récord histórico en el fútbol argentino desde que se empezó a jugar a la pelota en este país es increíble. Me mentalicé toda la semana en atajar para cumplir el récord. Me preparé toda la vida no para cumplir este récord sino para que no me hagan goles. Hoy lo vez materializado en un ranking que va a quedar para siempre.
Minutos previos a concretar el logro, Cano sabía lo que le había pasado a Darío Sand (arquero de San Martín de Tucumán) que estuvo a un minuto de batir el récord hace unos meses en la Primera Nacional. “Cuando estaba cerca del minuto 42 sabía que teníamos que parar y pensé: ‘Me tiro y no me levanto más hasta que llegue el récord’. Más allá de que el partido lo íbamos ganando y no me gusta hacer tiempo porque me parece antideportivo, ya pasó, soy número 1.”
Estoy contento, pero si no ganábamos iba a quedar como algo estadístico más que emocional. Estoy contento, pero si no ganábamos iba a quedar como algo estadístico más que emocional.
-¿Tus compañeros también colaboraron para conseguir este objetivo?
- No solo en este partido sino en los 12 anteriores del campeonato mantuvimos el arco en cero. Pero más allá del récord personal estaba contento por haber ganado en el minuto 95 que nos permite sacar 6 puntos de ventaja cuando quedan 9 en juego, así que fue una tarde redonda.
-¿A tus 38 años seguís disfrutándo de jugar al fútbol?
- A pleno, porque entiendo que puede ser la última temporada. Se disfruta más estar peleando un campeonato, porque por más millones que ganes, ganar un partido sobre la hora y saber que sacas 6 puntos de ventaja con 9 por jugar es una situación indescriptible, que solo la podés vivir jugando al fútbol. Es un porcentaje ínfimo de jugadores que pueden lograrlo y más que salgas campeón. Nosotros estamos ahí de lograrlo.
-¿Dieron un paso fundamental para ganar el torneo?
- Todavía no. Primero hay que enfocarse en el partido con Berazategui. Nosotros somos un plantel muy humilde, sabemos que no nos sobra nada, que el que esté 100% podrá jugar. Hay que ir partido a partido, no miramos más allá del partido que nos toque. Nosotros tenemos la obligación, no por los dirigentes ni los hinchas, sino por la calidad de plantel que tenemos y de hacernos cargo que hay que ganar el próximo partido para lograr el objetivo.
Volver a jugar
Los que convencieron a Cano de volver a las canchas fueron su familia y la dirigencia de Real Pilar. “Me convencieron mi familia, que no me aguantaba más y en mi casa sin hacer nada, y también (César) Mansilla (presidente del club). Cuando te llaman y te proponen ser parte de un equipo que peleará el ascenso. Yo pude competir en alto nivel y a mis 38 años venir acá y llevarme este récord y por ahí un ascenso será algo inolvidable para mí carrera.
Festejo
Matías Cano festejó su récord de valla invicta con su familia. “Vinieron a verme mi familia, mis hermanos y mi papá. Después del partido estuve con ellos tomando unas cervezas como tiene que ser para festejar el tremendo momento que hemos vivido”, contó el oriundo de Burzaco.