Mariana Allende es la reina del Ultramaratón de Uruguay. La atleta pilarense se consagró campeona en Damas y fue 2ª en la clasificación general de la categoría 48 Horas (división 45-49 años) con un total de 281 kilómetros no oficiales.
La atleta pilarense se consagró campeona en Damas y fue 2ª en la general de la categoría 48 Horas. Registró un total de 281 kilómetros en Montevideo. “Estoy feliz porque todo salió bien”, destacó.
PODIO. Allende (centro) recibió los premios al consagrarse en Uruguay.
Mariana Allende es la reina del Ultramaratón de Uruguay. La atleta pilarense se consagró campeona en Damas y fue 2ª en la clasificación general de la categoría 48 Horas (división 45-49 años) con un total de 281 kilómetros no oficiales.
La competencia que comenzó el viernes al mediodía y terminó el domingo al mediodía tuvo todos los condimentos que la llevaron a convertirse en una verdadera travesía. Pero Allende pudo completar la prueba tras dar 701 vueltas a la pista de atletismo de 400 metros del complejo “Darwin Piñeiro” del Parque Batlle, en Montevideo.
Durante los dos días de competencia, organizada por la Asociación Uruguaya de Ultramaratón (AUDU), Mariana fue superando hora tras hora las diferentes dificultades que se le presentaron, pero que supo atravesar con el apoyo de sus hijos Luz y Nicolás, convertidos en sus asistentes.
Allende se subió a lo más alto del podio, segundada por las representantes de Uruguay y Brasil. Mientras el local Pedro Silva resultó el vencedor de la división 48 Horas.
“Estoy feliz porque todo salió bien”, subrayó Mariana en diálogo con El Diario.
“No sé si es deber cumplido, pero sí fue un alivio al alma haber terminado y cumplido mis primeras 48 Horas. En estas competencias lo más importante es escuchar a tu cuerpo. El clima puede jugar un montón en tu rendimiento y pueden pasar un montón de cosas”, contó.
Aunque no pudo lograr algunos records que se había trazado cumplió con su meta que fue terminar la prueba. “No logré una buena marca en las 24 porque cuando iban 7 horas de comienzo me descompuse por algo que comí o tomé. Me costó volver, me acosté un rato, descansé bien y regresé bien para continuar. Caminando volví a recuperar tiempo perdido.”
Además contó cómo trabajó para contrarrestar una condición climática cambiante que debió soportar. “Pasamos de mucho calor, a un temporal con tormenta eléctrica en el que se volaba todo, una pista casi inundada por la lluvia, a un frío. La tormenta me bloqueó un poco porque le tengo miedo a los rayos. Por el agua se me ampollaron los pies, se me encarnó una uña, la vendé bien y me mentalicé para salir y gracias a Dios no sentí dolor. Eso me dio seguridad y confianza para terminar la prueba”, repasó todos los altercados.