Historia

"Zapatillas blancas", el intendente obrero que murió en el destierro

Floriano Benito López fue parte de la seguidilla de gobiernos peronistas que tuvo Pilar desde fines de la década de 1940 hasta 1955. Obras, logros y una trayectoria interrumpida por el golpe de Estado.

31 de mayo de 2025 - 15:30

Si se consulta a los vecinos de Pilar sobre los intendentes que ha tenido el distrito, la gran mayoría sólo recordará el último puñado de nombres más cercanos en el tiempo. No obstante, el listado es largo y detrás de cada apellido –más allá de lo que haya durado su mandato- hay una historia.

El convulsionado siglo XX alternó períodos democráticos con golpes de Estado. En ese contexto, Pilar no fue la excepción.

Uno de los vecinos que tuvo el privilegio de conducir a su distrito a través del voto popular fue Floriano Benito López, mandatario de gestión próspera y parte de una seguidilla de gobiernos justicialistas que se inició a fines de la década de 1940 y debió interrumpirse tras el golpe de 1955.

RECUERDO. Floriano López, intendente de Pilar entre 1952 y 1955..
RECUERDO. Floriano López con su esposa María D´Aloi. Fue intendente de Pilar entre 1952 y 1955.

RECUERDO. Floriano López con su esposa María D´Aloi. Fue intendente de Pilar entre 1952 y 1955.

El trabajador

Floriano Benito López nació el 2 de abril de 1915 en la localidad de Campana, en el seno de una familia humilde. Era hijo de madre soltera, Rosa López, por lo que en su crianza colaboró su tío Mario (hermano de su padre biológico).

Luego de una infancia de pobreza pero sin grandes carencias, López se insertó en la vida laboral siendo muy joven. En su ciudad natal conoció a su esposa, María Dominga D’Aloi, con quien tuvo dos hijas: María Rosa y Olga.

Por motivos laborales debió mudarse a Pilar, donde trabajó como operario en la recordada Fábrica Militar. Rápidamente, López se destacó entre sus compañeros por reclamar mejores condiciones de trabajo, siendo elegido delegado.

Según su nieta Melina Galarza, decidida a reivindicar su figura, “fue un hombre de temple sereno y carácter dócil, firme en sus convicciones y seguro en sus palabras, con un amplio perfil de liderazgo”.

En Pilar, el hombre también era conocido con el particular apodo de “Zapatillas blancas”, ya que los memoriosos recuerdan que le gustaba ese tipo de calzado, característico de la clase trabajadora de la época.

Con el avance y la popularidad de Juan Domingo Perón, Floriano se identificaba más y más con sus causas. Admirador apasionado y seguidor de sus proyectos, se insertó en la política postulándose como intendente: fue así como en 1951, ganando por amplia diferencia, obtuvo el cargo más alto del Partido.

En esos tiempos Pilar vivía momentos de convulsión política: el intendente Manuel Ferro Konig había renunciado en 1950 (ese mismo año fue baleado en el Concejo Deliberante el edil justicialista Américo Vattuone), por lo que asumió el comisionado Roberto Basaldúa. Cuando se volvieron a realizar elecciones, López fue el elegido por la mayoría.

Eficiente

Querido por la gente, comenzó su gestión en el año 1952. Durante su mandato, Floriano López ordenó la pavimentación y dio el nombre a la calle Lorenzo López, ya que hasta ese momento los difuntos eran trasladados en sulky desde la iglesia hasta el cementerio, tarea que se dificultaba por el estado del camino, sobre todo los días de lluvia.

Además, impulsó y llevó a cabo un proyecto para fundar el barrio obrero, cercano al acceso a Pilar desde la ruta 8, el primero en el distrito. También inauguró el Parque Infantil Evita, lugar recreativo ubicado en Belgrano e Independencia, donde hoy funciona la Escuela Nº26.

Como uno de sus mayores legados, en su período López ordenó la creación de un escudo que representara a Pilar: con el diseño del concejal Antonio Capandegui, el Partido pudo tener un símbolo propio.

El golpe

La tarea del intendente finalizó en 1955, año en que la democracia quedó trunca por el golpe que derrocó a Juan Domingo Perón y proscribió al movimiento.

Para ese entonces, el mandatario ya había completado su mandato y traspasado el cargo a Rafael Cigliutti, también justicialista, quien casi no pudo ejercer su cargo.

Sin posibilidad de defensa, tras el golpe Floriano Benito López y todos los que habían sido sus colaboradores fueron encarcelados por 15 días. El busto de Eva Perón del Parque Evita fue destruido con saña y arrastrado por caballos alrededor de la plaza.

Imposibilitado de quedarse en el pueblo, “Zapatillas blancas” debió mudarse a Moreno, donde vivió sus últimas dos décadas y murió víctima de una gravísima úlcera que lo había afectado por muchos años, tal vez generada o agravada por el destierro que le había tocado sufrir.

Fuente: “Pilar, un libro de historias”. Sergio Abrate, Alejandro Lafourcade. Ed. El Bodegón, 2021.

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