"Sex and Wine" es el nombre de la propuesta de La Vinería WineBar, un espacio dedicado al culto a Baco que periódicamente abre sus puertas a eventos exclusivos, donde el vino marida con distintas disciplinas.
Se realizará el 29 de octubre. Se trata de una degustación organizada por un sommelier y una sexóloga, "sin tabúes ni censuras".
La Vinería Winebar funciona en el kilómetro 44 de la Panamericana, colectora este.
"Sex and Wine" es el nombre de la propuesta de La Vinería WineBar, un espacio dedicado al culto a Baco que periódicamente abre sus puertas a eventos exclusivos, donde el vino marida con distintas disciplinas.
El próximo encuentro tendrá lugar el 29 de octubre a las 20 y estará a cargo del sommelier Juan Fernández y de la sexóloga Lucía Campos que, como anticiparon desde el lugar, "te guían en un evento sin tabúes, donde hablamos de todo mientras degustamos vinos y tablitas de La Vinería".
La propuesta invita a los participantes a despertar sus sentidos "de una forma única". "Preparate para una noche llena de conocimiento, sin tabúes ni censuras", remarcaron.
Detalles
La experiencia incluye: 4 copas de vino seleccionadas y tabla de maridaje. El costo de la entrada es de $24.000 por persona. Además, quienes opten por quedarse a comer recibirán un descuento del 20% en toda la carta y del 30% en la compra de vinos para llevar.
Más info: @lavineríawinebar
La Vinería
Ubicada en el kilómetro 44 de la Panamericana, en la localidad de Del Viso, La Vinería Winebar es un espacio que busca recrear la experiencia de comer en una bodega mendocina y adentrarse en etiquetas poco conocidas, con la guía de un sommelier.
El espacio tiene capacidad para 120 cubiertos distribuidos en dos plantas, incluyendo un patio interno, con una estética industrial donde se imponen el hierro, la madera y donde las cavas tienen un lugar de privilegio.
El asesoramiento en vinos para los comensales está a cargo del sommelier Juan Fernández López que invita a "probar cepas no habituales", de las 300 etiquetas con las que cuenta el lugar.
En cuanto a la carta, la misma se renueva cada tres meses y en ella predomina la exploración por distintas texturas, temperaturas y sabores. Las presentaciones son abundantes y hay propuestas de carne, pollo, pescado, pastas y veggie, donde el "osobuco del rey" servido sobre puré frio de garbanzos, zanahoria glaseada y gremolata de lima.
Entre las entradas aparecen langostinos, alcauciles, butifarra, provoleta, empanada de goulash, hongos y queso brie. Y entre los postres, el trufón de chocolate y frutos secos, la diplomata de duraznos con crocante de almendras garrapiñada y escamas de sal, y las peras braseadas en bonarda con garrapiñada y crema merece una mención.
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