El sistema penal argentino (y sus recovecos) suelen abordarse desde la ficción, muchas veces creando escenarios que no son fieles a la situación real de las cárceles y comisarías. Rompiendo con este estereotipo, en los últimos días se estrenó “El libro de los jueces”, largometraje documental de Matías Scarvaci que tiene como uno de sus protagonistas al juez Walter Saettone, titular del Juzgado de Garantías Nº7 de Pilar.
El estreno tuvo lugar en el Cine Gaumont, espacio habitual para las producciones nacionales que están fuera de la lógica de los “tanques”. A su vez, la película participó del GuadaLAjara Film Fest en categoría WIP LATINO, en Los Ángeles.
“El libro de los jueces” sigue de cerca el trabajo diario del ya mencionado Saettone y su colega Alejandro David, ambos jueces penales de la provincia de Buenos Aires (David es de Ejecución).
A lo largo del documental, Scarvaci retrata las problemáticas de los centros de detención de la provincia, haciendo hincapié en las dificultades a la hora de aplicar el derecho penal de una manera regeneradora, intentando evitar el punitivismo. A su vez, en su trayecto trata de vincular a víctimas con victimarios.
Mirá el tráiler.
Distinto
En el extremo opuesto del imaginario popular, Walter Saettone es un juez con pelo largo que se viste con remera, jeans y zapatillas. En su oficina hay mate, guitarra, fotos de Perón y Evita y el escudo de su querido Huracán.
A los 43 años (es juez de Garantías en Pilar desde los 34), busca aplicar la ley “con sentido de justicia, teniendo empatía y sensibilidad”. En la película se lo ve ingresando a los penales para dialogar con los presos con respeto y sin ínfulas de superioridad.
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El juez Saettone en su despacho de Pilar, con la guitarra y el banderín de Huracán.
“Fue una gran experiencia participar –expresó a El Diario-. Se llama ‘El libro de los jueces’ pero no sólo visibiliza la labor de dos jueces, sino también a todo el sistema penal bonaerense porque también participan fiscales, defensores oficiales, personal policial de Pilar y de la unidad carcelaria de San Martín”.
A su vez, adelantó que muestra “las situaciones de tensión de los privados de su libertad, los reclamos de las víctimas y de cómo opera el sistema frente a eso”.
El hilo conductor de la película se centra en dos procesos abordados por los juzgados de Saettone y David. “Son dos historias puntuales, muestra la historia de los imputados pero también la de las víctimas, fue una gran experiencia”, concluyó.
Por su parte, el propio director de la película indicó ante el estreno que “marca una posición en relación a esa falsa dicotomía entre mano dura y garantismo, un tipo de discusión que por parte de los medios de comunicación es muy maniquea, porque hay un negocio atrás en dividir a la sociedad”.
Y añadió: “Trabajando durante dos años en ambientes penitenciarios con jóvenes en conflicto con la ley pude comprobar de primera mano las necesidades urgentes que existen en estos espacios”, destacando que “haber conocido a Walter y a David a partir de esta experiencia es un encuentro en ese sentido. La posibilidad de traducir este encuentro en una historia cinematográfica es una oportunidad única para ampliar el tema a otros espacios y otros públicos”.