Dos millones de de jóvenes de todo el planeta se congregaron en Portugal, en ocasión de una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud, encuentro itinerante organizado por el Vaticano cada tres años y que contó con la presencia del Papa Francisco.
En Lisboa hubo presencia pilarense, ya que a la JMJ 2023 partió un grupo de la Diócesis de Zárate-Campana. Desde nuestro distrito viajaron Consuelo González Bivort, María Alejandra Cepeda, Evangelina Etcheberry, Maria Sol Menne y Josefina Casado. Además de los pilarenses, conformaron el contingente jóvenes de Escobar, San Antonio de Areco, Campana y Zárate.
En la misa principal, ante una multitud que colmó el Parque Tejo, el Papa Francisco expresó que los jóvenes ”cultivan sueños grandes pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse". Por eso se dirigió a ellos; "A ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados, les digo: no tengan miedo”.
222.jpg
Las pilarenses escucharon el mensaje de Francisco en Lisboa.
Josefina Casado, una de las pilarenses que estuvieron allí, expresó: "Dos millones de personas. De los cinco continentes, de diferentes países, llevando consigo sus costumbres y culturas. Sus banderas, sus historias de vida e idiomas. Sus cruces, sus sombras, sus luces y alegrías. Dejándolo todo para ir a su encuentro ¡A la vista hay tanto que nos diferencia! Pero estamos todos unidos por el mismo Nombre. El Nombre de Jesús".
La flamante terapista ocupacional ya había viajado en 2019 a la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Panamá. En aquella oportunidad fueron 17 los pilarenses que presenciaron el evento.
Sin título1.jpg
Los jóvenes representaron a la Diócesis Zárate-Campana.
La joven agregó que "Francisco fue muy claro en su mensaje y tengo que compartírtelo porque no puedo, ni quiero, guardarlo solo para mi: Dios te llama por tu nombre. No sos un número, no sos alguien más, sos una cara, un rostro, un corazón, un hijo valioso y amado. No somos cristianos por casualidad, somos cristianos porque fuimos llamados y antes que eso, amados. Amados como somos, no como quisiéramos ser, ni como el mundo quiere que seas. Así como estás, así como sos".
Sobre la experiencia vivida, aseguró que "este viaje me vuelve a confirmar que Dios jamás se deja ganar en generosidad. Este viaje fue un anticipo del Cielo. Fue gustar de lo delicioso que va a ser, porque lo que viví fue en este mundo, pero no es de este mundo".