Historia

El terror en 20 minutos: cuando un ciclón arrasó con Pilar

Ocurrió el 14 de enero de 1928. Falleció un vecino de Derqui y más de un centenar de casas quedaron destruidas. La plaza se "alfombró" con pájaros muertos.

14 de enero de 2025 - 13:04

Este martes se cumplen 97 años de un fenómeno que quedó en los libros de historia de Pilar, por las peores razones: el 14 de enero de 1928, un ciclón azotó al pueblo y varias zonas aledañas, provocando un muerto y daños de consideración en todo el distrito.

Las crónicas de la época marcan que el fenómeno comenzó a las 17.20 de esa tarde de verano y duró entre 15 y 20 minutos, suficientes para destruir más de un centenar de casas, vidrieras y letreros. Además, gran cantidad de árboles fueron arrancados. En la estación de trenes, los postes que sostenían el hilo del telégrafo terminaron doblados en un ángulo de casi 90 grados.

La ciudad quedó aislada, ya que se interrumpieron las comunicaciones telefónicas y telegráficas. Además, la mayoría de los heridos sufrió cortes en el cuero cabelludo y contusiones de todo tipo, a causa de los golpes recibidos por alguna chapa o trozo de mampostería.

Fueron veinte minutos de terror, que dejaron un fallecido (el derquino Natalio Marani, quien manejaba un camión con verduras), lesionados que fueron atendidos en la antigua sala de primeros auxilios -junto a la Municipalidad, donde también se ubicaba la comisaría- y un herido grave que fue llevado a la Capital Federal en tren.

La fuerza del viento dejó además árboles arrancados y una alfombra de pájaros muertos en la plaza y alrededores.

Luego del ciclón, la asistencia corrió por cuenta de los vecinos, la policía y los empleados municipales. Antonio Trigueros, un vecino, relató al diario La Nación al día siguiente: “Las dos únicas farmacias se llenaron de clientes. Las ambulancias cruzaban las calles, cubiertas por restos de cornisas, mampostería y madera”.

Los techos desprendidos fueron apilados en un baldío cercano a la plaza, donde hoy se ubica el complejo Bianea. Allí se dirigían los vecinos, en busca lo que había sido el techo de su casa. En medio del caos, los pájaros del pueblo se desbandaban, mientras los nubarrones aparecían cubriendo el cielo por el sudeste.

Otra publicación de la época que también se hizo eco del fenómeno fue la mítica revista Caras y Caretas, que incluso realizó una amplia producción fotográfica.

Presidente Derqui y Villa Toro también sufrieron sus consecuencias, lamentándose la muerte del mencionado Marani. Casi todas las quintas fueron seriamente perjudicadas al destrozarse toda su producción. Allí también los relatos de los pobladores describieron la situación de desastre vivida y algunos conjeturaron que podía haber sido peor si el fenómeno ocurría de noche, cuando todos hubiesen estado en sus domicilios.

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