Este domingo

El Padre Sayu celebrará una misa de sanación con el óleo de San Charbel, patrono de los enfermos

El sacerdote indio ofrecerá en Pilar una Misa con imposición de manos y ungirá a los fieles con el óleo del santo patrono de los enfermos, proveniente de El Líbano.

28 de julio de 2025 - 09:34

El Padre Sayu volverá a Pilar este domingo para celebrar su multitudinaria Misa por los enfermos en la capilla de Villa Marista. Como lo viene realizando en cada encuentro, el sacerdote indio ungirá a los fieles con el óleo de San Charbel, patrono de los enfermos.

Tal como explicó el religioso a El Diario, se trata del aceite original extraído de la tumba del Santo ubicada en El Líbano, que en este caso se funde con el óleo de los enfermos que otorga la diócesis cada Jueves Santo.

Tal como informa el sitio Desde la Fe, el aceite de San Charbel, es un sacramental al cual recurren con frecuencia los devotos de este santo libanés, y que se obtiene de la extraña sudación de un líquido que sale de su tumba que se encuentra en el monasterio maronita de Annaya.

Este líquido es mezclado con aceite de oliva —el cual abunda y distingue a los países mediterráneos—, al tiempo que es bendito por los padres de la orden a la que perteneció San Charbel Makhlouf con una oración muy especial. A este óleo se le atribuye la facultad de contribuir a que se realicen los milagros de Dios -muchos de ellos sanaciones inexplicables- por la intercesión de este santo que fue canonizado por Paulo VI en octubre de 1977.

El encuentro tendrá lugar en la capilla de Villa Marista (Champagnat 1352) a las 13:30 y se realizará en el marco de los talleres sobre el "Año de gracia, un año para confiar en los planes de Dios" que el cura realiza en el distrito una vez por mes.

Durante siete años, el Padre Sayu, de 56 años, estuvo asignado al Instituto Verbo Divino y poco a poco sus misas con imposición de manos fueron convirtiéndose en un fenómeno multitudinario de fe que llegó a congregar hasta 500 fieles que buscaban en él una herramienta para sanar sus problemas físicos y espirituales.

“Si uno tiene apertura, si se abre a la fe, ve resultados mucho más contundentes”, afirmó el sacerdote en diálogo con El Diario.

Aunque se ocupa de aclarar que él es solo un “intermediario” entre los hombres y Dios, y que es éste quien “obra a través de mis manos”, asegura haber conocido “muchas personas que se fueron más aliviadas después de las misas y con otra fortaleza, otro espíritu, para hacer frente a enfermedades o a distintos problemas”.

Licenciado en lengua y literatura inglesa, incluso antes de descubrir su vocación sacerdotal, Sayu se sentía impactado por los testimonios de quienes –en las misas de su pueblo- aseguraban, por ejemplo, haber abandonado la bebida gracias a la Palabra de Dios.

Ya en Argentina, hace más de una década, fueron los fieles que acudían a sus misas en Adrogué, los primeros en darle indicios de que algo especial sucedía en esos encuentros que luego fueron replicados en Pilar hasta el 2019, cuando partió hacia España para terminar su doctorado en Teología.

Durante el 2020, su trabajo en la parroquia Santa María de la Saleta de Madrid se abocó a ayudar a los más golpeados por la pandemia, entregando alimentos y productos de limpieza. En marzo de 2022 pudo regresar al país aunque esta vez la congregación de Misioneros del Verbo Divino lo designó al frente de la Parroquia Cristo Redentor de Lomas de Zamora.

Quién fue San Charbel

San Charbel, o Charbel Makhlouf, fue un monje y sacerdote libanés maronita, conocido por su vida de oración y penitencia, así como por los numerosos milagros atribuidos a su intercesión.

Charbel nació en El Líbano el 8 de mayo de 1828 con el nombre de Youssef Antoun Makhlouf en una familia humilde y profundamente religiosa. Quedó huérfano de padre a temprana edad, pero su madre y su padrastro sacerdote le inculcaron una gran fe.

A los 23 años, ingresó al monasterio maronita de Nuestra Señora de Mayfouq, donde tomó el nombre de Charbel. Se dedicó a la vida monástica, estudiando teología, trabajando en el campo y, sobre todo, a la oración y la contemplación. En 1875, recibió la autorización para vivir como ermitaño en la ermita de San Pedro y San Pablo. Allí, llevó una vida de extrema austeridad, dedicándose a la oración, el ayuno, la penitencia y el trabajo manual.

Falleció el 24 de diciembre de 1898 y su cuerpo, que se mantuvo incorrupto, fue colocado en el monasterio de San Marón en Annaya, donde se convirtió en objeto de veneración popular. Fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977 por el Papa Pablo VI, convirtiéndose en el primer santo libanés y el primer santo oriental canonizado desde el siglo XIII.

San Charbel es conocido por los numerosos milagros atribuidos a su intercesión, tanto durante su vida como después de su muerte. Se le considera un poderoso intercesor para problemas de salud, dificultades personales y conversiones espirituales.

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