"No tenemos dudas, pero sí pruebas de que nuestros ´espiguitos` son los más divertidos del mundo", afirman desde una de las panaderías más tradicionales de Pilar a la hora de calificar la respuesta de sus clientes a una divertida convocatoria.
Fue realizada por "La Espiga de Oro" en su local de la calle Yrigoyen. Advierten que la propuesta se repetirá en los próximos días.
"No tenemos dudas, pero sí pruebas de que nuestros ´espiguitos` son los más divertidos del mundo", afirman desde una de las panaderías más tradicionales de Pilar a la hora de calificar la respuesta de sus clientes a una divertida convocatoria.
Se trata de "La Espigada de Oro" que desde su sucursal de la calle Hipólito Yrigoyen del centro de Pilar invitaron a sus clientes a ingresar bailando a cambio de media docena de facturas.
"Nos sorprendió como se hizo viral este video", afirmó la propietaria, para agregar que "la idea era hacer algo que cambie la energía, eso provocó la idea de que ingresen bailando y que a la vez disfruten algo rico de nuestros productos".
En este sentido, destacó que "la predisposición de los espiguitos fue maravillosa, increíble y también fue un cambio de energía para la rutina de trabajo diario". "La idea -remarcó- es trabajar para que los productos lleguen a nuestros clientes de una buena manera, divertida".
Para los que se enteraron tarde de la original propuesta, la dueña del local adelantó que habrá una segunda parte en los próximos días.
Historia
La historia de La Espiga de Oro comenzó en 1933, con la panadería "La Espiga de Oro" fundada por Sabino Rodriguez en la ciudad de Salto Argentino. Luego, la historia continuó en San Nicolás, llegando finalmente a Pilar en el año 1947.
El trabajo del abuelo Sabino, fue sucedido por su hija Nilda y su yerno: "Pocho" Ghiglione. El legado de la pasión por el trabajo de estas tres personas, es lo que hace que hoy nuestra premisa sea mantener la calidad y los sabores que siempre nos distinguieron.
Nuestros productos son el reflejo de cuatro generaciones de trabajo, que hacen a la satisfacción de nuestros clientes, quienes son atendidos cálidamente todos los días por la familia que forma La Espiga de Oro Pilar.