Son galletitas. Pero no cualquier galletita. Las cookies americanas son grandes, esponjosas, crujientes y generosas en ingredientes.
Son de la pastelería Malau, propiedad de una joven cocinera pilarense. Se venden hasta 2.000 unidades por día. Vienen en ocho variedades y son un boom entre los jóvenes.
Son galletitas. Pero no cualquier galletita. Las cookies americanas son grandes, esponjosas, crujientes y generosas en ingredientes.
Su fama creció un poco a caballo de los viajeros siempre ávidos de nuevas experiencias culinarias -sobre todo si están de moda- pero mucho más de la mano de TikTok y los videos virales de "catadores" amateurs. En poco tiempo, lograron convertirse en la estrella de pastelerías e incluso, a fuerza de demanda, ya empiezan a asomarse en vitrinas de panaderías tradicionales.
En este contexto aunque sin proponérselo, la cocinera pilarense Azul Lauro (28) logró dar en la tecla con la receta que hoy atrae multitudes. Sus cookies, las cookies de Malau -su pastelería- convocan a cientos de clientes todos los días, en buena parte adolescentes, que llegan en busca del tan preciado producto realizado íntegramente de forma artesanal.
Sus primeros pasos en la cocina los dio cuando todavía no había terminado el colegio. La necesidad de recaudar fondos para el viaje de egresados la llevó a preparar budines para vender. Los elogios que recibía le indicaron que algo pasaba con sus creaciones: gustaban y mucho.
Sin embargo, sus estudios universitarios siguieron por los carriles tradicionales y se licenció en marketing, aunque sin abandonar nunca su amor por la gastronomía. El encierro de la pandemia la llevó a profesionalizar más su veta culinaria que hasta el momento canalizaba en encargos esporádicos. Se multiplicaron los desayunos a domicilios, las tortas personalizadas y las cajitas de cookies.
Eso le dio el impulso para abrir a finales de 2022 su propia pastelería, Malau, en Tortuguitas. Apenas un año y medio después llegó la segunda sucursal: un coqueto espacio del centro comercial Paseo Pilar (Panamericana Km. 44) pensado para el take away.
Entre ambos espacios se venden en promedio 180 unidades de cada una de las ocho variedades de cookies con las que cuenta la marca. Los fines de semana ese número se eleva a 250.
Con naturalidad, Azul cuenta que antes de abrir su local mantuvo una reunión con alguien especializado en el rubro que le sugirió que pensara en su fuerte. "Siempre había hecho muchas tortas y pensé en las tortas", afirmó en diálogo con El Diario. Pero como el cocinero propone y la demanda dispone, para su sorpresa desde el primer día las cookies se convirtieron en las estrella del local.
"Desde el primer día el local de Tortuguitas fue una marea de chicos pidiendo cookies, fue sin querer, era algo que me salía rico y de repente nos convertimos en una ´fábrica de cookies´, no paramos de bollar y bollar cookies", cuenta con gracia, aclarando que "todo el proceso es artesanal, no hay nada industrializado, no usamos conservantes".
"Se armó como una comunidad, es como un plan salir del colegio y pasar a buscar las cookies", relata Azul, al mismo tiempo que remarca que "el público es sobre todo adolescente y gente joven pero cuando la prueba un adulto recontra vuelve".
Su primera aproximación con este tipo de galletas fue durante un viaje a Nueva York con su familia. "Las probé allá y dije, esto es lo que me gusta", por la abundancia de sus ingredientes y la intensidad de sus sabores.
Precisamente, la originalidad en las variedades y el estándar de calidad que mantiene desde el primer día explican en gran medida el fenómeno de las galletas de Malau.
"Todo lo que usamos es de primera calidad, queremos que todo sea perfecto todos los días. Nos enfocamos en eso. Otros lugares dan confort, dan experiencias, nosotros damos un producto muy bueno", resumió Azul que en su local de Paseo Pilar cuenta con cinco empleados.
Variedades
En la actualidad, Malau cuenta con ocho variedades de cookies:
-Chocolate chunk (chocolate, vainilla y un poco de nueces).
-Nutella (vainilla, chocolate y nutella).
-Red velvet (masa de cacao y vainilla con chocolate blanco.
-Triple chocolate (masa de cacao y tres chocolates).
-Canela rellena de frosting de queso crema.
-Marroc (masa de cacao relleno de marroc y chocolate casero marroc).
-Almendras con chocolate blanco.
-Pistacho (pasta de pistacho y chocolate blanco).
Cada una de ellas oscila entre los $2500 y los $3100 y la caja con 8 unidades tiene un costo de $20.000.
"La idea es ir cambiándolas, nos aburrimos nosotros y también se aburre la gente. Las recetas las desarrollo yo, pero siempre tratamos de ir mejorando, es un trabajo de laboratorio", afirma la pastelera, para agregar que "somos pocos en el equipo pero le ponemos toda nuestra dedicación".
Además de las cookies, en el local pueden adquirirse productos de alta pastelería como tortas, croissants, pan de chocolate, medialunas 100% de manteca -realizadas con fermentación en frío-, entre otros. "Buscamos que todo tenga una vueltita", subrayó la propietaria.
Virales
La punta de lanza del fenómeno de las cookies en la Argentina -boom que también llegó a Europa- hay que buscarla en los Estados Unidos, país creador y productor de este tipo de galletitas por excelencia.
En el gran mercado americano hubo una empresa familiar que logró capitalizar como nadie la demanda de los jóvenes. Se trata de Crumbl Cookies a cargo de dos primos de Utah, Jason McGowan y Sawyer Hemsley, que comenzaron una búsqueda para intentar perfeccionar su receta de galletas de chocolate y que hoy son dueños de una empresa millonaria.
Desde sus comienzos en 2017 hasta la actualidad, Crumbl abrió 918 tiendas en todo Estados Unidos y también ofrece entrega de galletas online. Cada una cuesta 4 dólares. La fuerza de las redes sociales y el espaldarazo de populares influencers les dio el impulso para hacerse conocidas rápidamente en todo el mundo. Todavía no arribaron a la Argentina.