Proceso

Abrió la causa de canonización de una monja que murió en el Hospital Austral

Es la religiosa conocida como Cecilia María de la Santa Faz. Falleció en 2016 de cáncer. Transitó su enfermedad y muerte siempre con una sonrisa en el rostro.

20 de enero de 2025 - 09:21

El Arzobispo de Santa Fe, Monseñor Sergio Fenoy, decretó en las últimas horas el inicio de la Causa de Beatificación y Canonización de la religiosa conocida como Cecilia María de la Santa Faz, carmelita recordada por haber conservado su sonrisa incluso en el momento de su muerte, ocurrida en 2016 mientras estaba internada en el Hospital Austral de Pilar.

Según informó la Agencia Católica de Informaciones (ACI), el arzobispo también nombró a los oficiales de la investigación y convocó a los fieles a participar de la Misa y sesión de apertura de la investigación, que se celebrará el domingo 23 de febrero en el convento San José y Santa Teresa, de las Hermanas Carmelitas Descalzas ubicado en Santa Fe.

Historia

En cuanto a la mujer que buscarán canonizar, se trata de Cecilia María Sánchez Sorondo, cuya historia conmovió y se hizo conocida debido a que durante el tránsito de la dura enfermedad, e incluso al momento de su muerte, no abandonó la sonrisa en su rostro, siempre con un mensaje de fe y esperanza.

Segunda hija de un total de diez hermanos, Cecilia era hija de un militar que tuvo varios destinos a lo largo de su carrera. Por eso, ella nació en Neuquén pero también vivió en sitios como Azul y Tandil. En 1996 ingresó en el Monasterio de Santa Teresa y San José de la ciudad de Santa Fe. Hizo sus primeros votos en 1997 y su profesión perpetua en 2003. Previamente, antes de decidirse por los votos estudió y se recibió de enfermera.

Sin embargo, a fines de 2015 comenzó a sentir unas molestas llagas en la boca, las que se fueron haciendo cada vez más dolorosas. En diciembre de ese año recibió el duro diagnóstico: tenía un tumor en la base de la lengua y en un ganglio del cuello. Días más tarde su estado se agravó y se descubrió que el tumor era de 10 centímetros, por lo que le aconsejaron instalarse en Buenos Aires para tratarse.

Sus viajes entre Pilar y Santa Fe fueron cada vez menos frecuentes ya que el cuadro empeoraba. Por ese entonces, ya había perdido el habla y se comunicaba escribiendo en un cuaderno. En mayo de 2016 le practicaron una biopsia y el resultado fue que el tumor le había tomado toda la lengua. Ese día, antes de entrar al quirófano, un amigo recién llegado desde Roma le regaló un rosario y le hizo escuchar un mensaje del Papa Francisco.

Fue en el Austral que conoció al doctor Matías Najún, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos, quien la acompañó hasta el final. Sobre esto, la Madre María Magdalena de Jesús, Priora del Carmelo San José y Santa Teresa de Santa Fe, escribió para el house organ del Hospital Austral: "En lo que más nos sentimos acompañadas fue en la honda percepción del Dr. Matías Najún que supo captar desde el primer momento que estas decisiones de vida o muerte no eran cuestiones simplemente médicas, sino que en realidad ponían en juego nada más y nada menos que el Evangelio. Su mirada contemplativa hizo que nos sintiéramos totalmente acompañadas, comprendidas".

Desde que su enfermedad se agravó, Cecilia María supo que el desenlace estaba cerca y escribió en un papel su último deseo: “Estaba pensando cómo quería que fuera mi funeral. Primero un poco de fuerte oración, y después una gran fiesta para todos. ¡No se olviden de rezar, pero tampoco de celebrar!”.

En la noche del 22 de junio, la carmelita comulgó con el capellán del Hospital, el padre Marcos Gaviola, a través de un gotero. Luego fue sedada completamente. A su lado estaban su mamá, una de sus hermanas y otra religiosa. Falleció a las 3.45 de la madrugada del 23 de junio de 2016.

Luego, la vistieron con su hábito y la llevaron a la capilla del Austral, donde tuvo su primera misa de cuerpo presente. Allí estaba, rodeada de hermanas y -como siempre- sonriente.

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