El Río Luján y sus condiciones vuelven a estar bajo la lupa luego de que vecinos de la localidad de Manzanares detectaran fuertes olores -en apariencia vinculados con sustancias químicas- provenientes del curso de agua.
El Río Luján y sus condiciones vuelven a estar bajo la lupa luego de que vecinos de la localidad de Manzanares detectaran fuertes olores -en apariencia vinculados con sustancias químicas- provenientes del curso de agua.
Según el testimonio de habitantes de la zona, los olores se concentran a la altura del puente y pueden percibirse a unas 30 cuadras a la redonda.
Por la noche se vuelven más intensos y aunque se desconoce el origen de los mismos, por el tipo de aroma, similar al que emanan las sustancias químicas, se cree que podría estar relacionado con la descarga de efluentes industriales. No obstante, no se descarta que pueda provenir de la descarga ilegal de camiones atmosféricos.
De acuerdo con la descripción de los vecinos, se trata de un olor químico penetrante, que se siente incluso dentro de las casas y es capaz de irritar los ojos y las vías respiratorias.
Desde la Reserva Natural una de sus responsables, la docente Graciela Capodoglio, coincidió en que en "la Reserva tenemos olor ácido y eso es consecuencia de la contaminación que viene de aguas arriba y se agregan las que tenemos nosotros, sumado a la falta de agua del río porque no llueve".
No obstante, un tercer factor resulta determinante según la ambientalista y tiene que ver con las obras realizadas en los últimos años -que fueron criticadas oportunamente por asociaciones abocadas al cuidado del ambiente- sobre las márgenes del río. "A partir de que se taló toda la costa la evaporación es mucho mayor porque el sol pega directamente", enfatizó.
"Las empresas están tirando contaminantes pero cuando el río corre se diluye. Cuando no tenés agua cuesta y si además tenés una evaporación a lo loco porque le falta la mitad de la sombra, se agrava", concluyó.