Este sábado se cumplieron cinco años de un hecho que llenó de dolor a toda la zona: el fatal incidente vial que afectó a una delegación del instituto de danzas Soul Dance de Grand Bourg, en la cuesta del Ternero, San Rafael, Mendoza. Hubo quince muertos, la mayoría menores de edad, y numerosos heridos. Entre las víctimas fatales se encontraron dos pilarenses.
Tal como informó el sitio Tiempo de Tortuguitas, el mismo sábado se realizó un encuentro que reunió a familiares y allegados a las víctimas, frente al Consejo Escolar del distrito vecino. Hubo varios números musicales y cuadros de danzas, como también pancartas con mensajes emotivos evocando a las víctimas y reclamando justicia. Además, hubo una emotiva suelta de globos.
El incidente se dio cuando el micro, que trasladaba a la delegación de la escuela de danzas, volcó (por una mala maniobra de su chofer) en el sector de montañas denominado Cuesta de los Terneros, arrojando el saldo trágico de 15 muertos y numerosos heridos.
Entre los que viajaban en el micro, dos de las 15 personas fallecidas eran vecinos del distrito. Se trataba de Fátima López, de 33 años, y Marcos Agustín Velázquez, de 19, ambos integrantes de la delegación de danza. Fátima López, vecina de Manuel Alberti, se había sumado a la travesía para acompañar a sus hijas de, en ese momento, 7 y 10 años. Afortunadamente, las nenas no sufrieron heridas y regresaron a Pilar con su papá y abuela.
Agustín era vecino de Lagomarsino. Apasionado por la danza, había encarado el viaje junto a sus compañeros del grupo de baile para competir en el teatro Roma de la ciudad ubicada en el sur de Mendoza.
Entre los fallecidos se encontraba uno de los choferes del micro, Jorge Pinelli, miembro de la empresa familiar dedicada al transporte. Su padre, de igual nombre, que lo acompañaba en el viaje y su madre, Marcia Villagra, titular de la unidad, son los principales imputados en la causa que lleva adelante la justica mendocina. Ambos fueron acusados de homicidio simple con dolo eventual.
A cinco años de lo sucedido, las heridas y el reclamo de justicia siguen latentes.