Filas y embotellamientos
Los cinco “nudos” que más complican el tránsito en Pilar
Son aquellas zonas que cada día hacen difícil la circulación en accesos y egresos a la localidad cabecera. La Panamericana es el escenario más repetido, pero no el único.Cualquier persona que cada día deba utilizar algún vehículo propio o el transporte público de pasajeros podrá identificarlos: son los “nudos” del tránsito en Pilar, zonas de la localidad cabecera en las cuales circular se vuelve una tarea difícil.
Algunos en momentos determinados, otros en horario extendido… Además, la Panamericana y algunos de sus puentes o bajadas se llevan un alto porcentaje del protagonismo, pero la autopista no es la única traza que cada día se ve congestionada.
1. Ruta 25 y Panamericana. Cualquier vecino que sea consultado por los problemas del tránsito de Pilar mencionará casi de inmediato al cruce de la autopista Panamericana y la Ruta 25, problema sin solución desde hace décadas. Las congestiones vehiculares hacen que durante la mayor parte del día sea imposible transitar con normalidad por la zona, más allá de los horarios de entrada y salida de colegios, cuando el tráfico es aún mayor.
Debido a las características de la zona, dicho cruce no parece tener remedio con soluciones que no impliquen obras de infraestructura: es decir, algún trabajo integral como el que en 2019 se realizó en el puente el kilómetro 50. De hecho, en aquella oportunidad varias voces coincidieron en que hubiese sido prioritario poner manos a la obra en Ruta 25 y Panamericana, por delante de la zona comercial de la autopista.
2. Puentes de Champagnat y Las Margaritas: pensado en su momento como una medida para alivianar el caos de tránsito en un acceso y egreso clave, la gestión anterior definió al puente Champagnat como mano única hacia el barrio La Lomita. De la misma forma, el sentido de la bajada siguiente (conocida como Pelba, barrio Las Margaritas) se orienta hacia Pilar centro. Si bien los embotellamientos disminuyeron, cierto es que en la zona de Champagnat se producen largas filas en horarios estudiantiles (por las cercanías de colegios como Santa María, Lucero del Norte y la Universidad del Salvador). Algo similar ocurre en la bajada de Las Margaritas: filas de autos que se extienden por la autopista durante varios metros, esperando poder salir de la traza y dirigirse hacia la localidad cabecera.
3. Panamericana y El Petrel: en horarios de ingreso a las empresas y fábricas del Parque Industrial Pilar, en el puente de Panamericana y la calle El Petrel se generan filas de vehículos como las mencionadas en los casos anteriores –y el peligro que eso conlleva, al estar detenidos sobre la autopista-, además de la congestión que luego persiste hasta llegar al predio fabril. Allí se produce un conflicto de intereses: los conductores “culpan” al semáforo ubicado apenas se abandona la autopista. Sin embargo, lo cierto es que su presencia obedece a la seguridad vial de la que desean gozar los vecinos de Villa Alpina II, quienes de otra manera correrían mayores riesgos a la hora de cruzar la principal arteria del barrio.
4. Panamericana y Guido: no es un nudo tan añejo como el del cruce con ruta 25, pero podría ser considerado el que le sigue en antigüedad… La del llamado “puente de Guido” es una zona conocida –y repudiada- por los conductores por el alto flujo vehicular.
La calle Guido es una de las principales arterias que sirven para conectar a la autopista con la ruta 8, por lo que allí confluyen vehículos que ingresan o salen de Panamericana, los que circulan por colectora en ambos sentidos, los que se dirigen al centro de Pilar y más. Por eso, los embotellamientos y riesgos de choque son moneda corriente, sin existir horarios específicos o momentos de tranquilidad, salvo de noche.
5. Ruta 28, entre la rotonda y el camino de circunvalación: uno de los nudos más recientes, por más que se trate de una tradicional zona de alto flujo vehicular. El tramo de ruta 28 que va desde la rotonda –inaugurada hace unos años- hasta la calle Las Mercedes (también llamada Néstor Kirchner) suele ser una pesadilla para los conductores.
Similar a lo que ocurre en Panamericana y Guido, allí confluyen vehículos que se dirigen a varias direcciones: los que toman Las Mercedes para ir o salir de Panamericana, quienes llegan desde ruta 34, los que circulan desde y hacia Fragata La Argentina o Zeballos, los que entran o salen del centro de Pilar… Las obras viales que supuestamente llegaban para ordenar el tránsito no lo han conseguido, a juzgar por las filas y congestiones que se generan en casi todo momento.