El tema de la resurrección es la entrega misma de Jesús, es un actor amoroso que quizás es tapado al ver la crueldad del dolor, pero su entrega es el amor de Dios hacia nosotros. En Jesús eso se potencia hasta el extremo, como dice San Pablo, "me amó y se entregó por mí".
El amor tiene eso, el verdadero amor se hace hasta el sacrificio. Si es verdadero amor, no solo es dar sino darse y Jesús hizo eso, nos amó tanto que se entregó. Hizo milagros y muchos signos, pero no le bastaba con eso, murió en la cruz. Nos enseña que no se acaba todo en la muerte en la cruz, que “ya está… “. El Resucitó y nos enseñó un camino nuevo. No es como se dice en Pilar que “todo se acaba en Lorenzo López al fondo”, ya que nos espera un camino de resurrección, de vida nueva.
Y mientras esperamos, tratamos de resucitar nosotros mismos, empezando de nuevo. Dios no da esa oportunidad cada vez que nos reconciliamos, cada vez que vamos al sacramento de la misericordia de Dios.
Vivimos momentos difíciles, la pandemia, esta época difícil de nuestra Patria con tantos desencuentros, la gente que está cada vez más irascible, la guerra que es un pecado de la humanidad; es por ello que debemos rezar mucho a Dios, insistir en pedir que paremos un poco.
Ante tanto dolor, Jesús se abaja y muere en la cruz, por ello resucita y nos trae la esperanza, por eso nosotros tenemos que pedir a Él que nos haga resucitar y, ¿cómo podemos resucitar nosotros? Cambiando cada uno, un cambio de corazón, no solo de postura social o política, sino de corazón desde nuestra interioridad, porque la puerta de nuestro corazón la tenemos nosotros. Dios respeta nuestra libertad y las cosas pasan porque somos libres, vamos eligiendo.
Ante tanto dolor debemos empezar nosotros a cambiar, por ahí queremos cambiar el mundo pero debemos empezar por nosotros, desde nuestro corazón. Como decía Mercedes Sosa, yo vengo a ofrecer mi corazón, necesitamos un corazón nuevo, como ese huevo de pascua que abrimos en estos días, signo de vida nueva de vida por nacer. Está en cada uno de nosotros.
Aprovechemos la Pascua, viendo el gesto de amor de Jesús, y nos enseñe a nosotros a resucitar. “No busquemos entre los muertos al que está vivo”, y que Jesús nos devuelva esa alegría de empezar de nuevo.
Feliz Pascua a todos los pilarenses y que el Señor le conceda su bendición.