Es conocido que nuestro pueblo toma su nombre por la devoción de los habitantes de la zona por la Virgen Maria bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar. Cuenta la tradición Cristiana que la mismísima Virgen Maria, cuando aún vivía, se presentó ante el apóstol Santiago de pie sobre un pilar de mármol el día 2 de enero del año 40, cuando se encontraba junto al Rio Ebro en Zaragoza, pidiéndole que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba y prometió que "permanecerá en este sitio hasta el fin de los tiempos”.
La iglesia Católica le ha rendido culto a través de los siglos: en las lecciones del Breviario Romano para este día aceptaba "como piadosa y antigua tradición" la visita de María a Santiago. El Papa Clemente XII (1730/1740) concedió el rezo de su oficio litúrgico, señalando la fecha del 12 de octubre. El papa Pío VII lo elevó al rango de "primera clase con octava" para el reino de Aragón y Pío IX extendió a todas las diócesis de España el privilegio del oficio y de la misa Del Pilar.
¿Cómo fue que se trasladó esta tradición a este pueblo de la campaña bonaerense?
Es conocido que nuestro pueblo toma su nombre por la devoción de los habitantes de la zona por la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar. La profunda fe en la Virgen, que comenzó cuando Santiago se encontraba junto al Rio Ebro en Zaragoza, se trasladó a América de la mano de los españoles que vinieron a estas tierras desde el comienzo mismo de la conquista, ya que Cristóbal Colón descubrió América un 12 de octubre, que luego fuera declarada su fiesta por el Papa Clemente XII (años 1730/1740); por lo que toda la conquista española estuvo embebida de un enorme agradecimiento a la Virgen del Pilar.
Ahora bien, fueron los aragoneses, los que amaban profundamente a la virgen bajo esta advocación quienes tuvieron una notoria intervención en la conquista. Múltiples aragoneses ayudaron a Cristóbal Colón, inclusive con mucho dinero, a su proyecto. Muchos también fueron los que vinieron a las nuevas tierras, con sus costumbres y creencias. La mayoría de los soldados españoles que vinieron en el S. XVIII eran de Aragón.
En 1678, la Virgen del Pilar es proclamada patrona de Aragón, imponiéndose a San Jorge. También tengamos en cuenta que había algunos aragoneses viviendo en el Pilar Viejo cuando se tomaron los primeros datos del pueblo. Por supuesto, hubo famosos aragoneses visitando el Virreinato del Rio de la Plata, uno de ellos, fue el mismo Félix de Azara, nacido en Huesca, quien estuvo recorriendo algún tiempo estos pagos. La actual Basílica de Nuestra Señora Del Pilar en la Recoleta de Buenos Aires, comenzó su construcción con un donativo hacia 1716 de Juan Narbona, muy devoto de la Virgen.
En España, había sido muy popular el “Gran milagro del Cojo de Calanda” en Teruel. Por el año 1640, a Miguel Juan Pellicer Blasco le habían amputado una pierna, y se asegura que la Virgen Del Pilar intercedió para que volviera a tenerla y sanarse. Ello motivó mucha devoción en todo Aragón.
Asimismo, debemos tomar en cuenta que por dicha época se realizó la fallida empresa de la construcción de un fuerte en el lugar que hoy se conoce como “los Cerrillos”, a menos de 1000 metros de la ruta Nro. 8, cerca del río Luján. En 1671 por orden del gobernador José Martínez de Salazar, viajaron quinientos indios guaraníes de las doctrinas del Paraná y Uruguay que se hallaban a cargo de los Padres de la Compañía de Jesús para realizar las excavaciones y fosos. Allí también confluían soldados aragoneses.-
Por nuestras tierras, sabemos que por el año 1729, María Cabezas se propuso darle culto público a la Virgen del Pilar “en una Capilla construida de ladrillos de adobe y techo de paja, cerca de la margen derecha del río Luján” y que solicitó autorización del obispo de Buenos Aires. Como nos instruye Aldo Beliera, había nacido en 1668 y se había casado en 1687 con Gómez de Saravia, viviendo en Pilar. Su obra de devoción a la Virgen, fue documentada en el año 1731, en donde el Alférez López de Quiroga fue autorizado a pedir limosna para la construcción de la futura Capilla.
Primera imagen
Aldo Beliera nos ilustra diciendo que María Cabezas poseía en su casa una pequeña réplica de la santísima virgen María con el niño Dios en su brazo, en una visión personificada de Nuestra Señora del Pilar. Posteriormente y cuando ya estaba instalado el templo, el Teniente de Cura Juan Isidro Illescas en el año 1741 efectúa un inventario en el cual detalla que en la parte superior de la capilla se “encontraba la imagen de Nuestra Señora del Pilar con su corona de plata y el niño Jesús en uno de sus brazos”. Otra imagen de la Virgen estaba en el púlpito de cedro, ya que su escalera estaba ornamentada con dicha figura de la virgen.-
Los aragoneses
Luego de la década del treinta del siglo pasado, los memoriosos cuentan que desde la Capital Federal los aragoneses concurrían a la Ciudad del Pilar con sus ornamentos, vestimentas y música, el domingo posterior al 12 de octubre, festejando aquí también el día de la Patrona. Venían en tren y desde la estación hasta la Plaza, realizaban una procesión muy vivaz en cantico y color.
Es muy posible que hayan sido los inmigrantes y descendientes aragoneses, agrupados en el Círculo de Aragón de Buenos Aires. Los antecedentes de esta institución datan de 1894, cuando el 12 de octubre constituyen el Centro. En 1912, otro grupo de aragoneses forman la Unión Aragonesa, quedando constituido definitivamente en 1915 el Círculo de Aragón. Era dedicado a exaltar la cultura de Aragón y realizan festejos conmemorativos de fechas como el Día de Aragón y San Jorge, la Vaquilla del Ángel (Teruel), San Lorenzo (Patrono de Huesca) y las Fiestas en honor a la Virgen del Pilar.