No quería dejar pasar la ocasión y más en este año tan importante para nuestra Parroquia de acercar el mensaje de lo que queremos vivir en estas Fiestas Patronales tan especiales, ya que cumplir 250 años de Parroquia no es poca cosa.
No quería dejar pasar la ocasión y más en este año tan importante para nuestra Parroquia de acercar el mensaje de lo que queremos vivir en estas Fiestas Patronales tan especiales, ya que cumplir 250 años de Parroquia no es poca cosa.
Es toda una historia y es una historia de salvación donde Dios: algo nos quiso decir desde aquellas primeras celebraciones en casa de María Cabezas del primer templito, con la primera Ermita que se hizo, hasta que en 1772 se generó la parroquia.
Dios nos ha acompañado, es una actuación de Dios y es un momento de Gracia de Dios. Dios no deja a su pueblo solo, todo lo contrario, cuando Dios dice la expresión “Este es mi pueblo”, “Tú eres mi pueblo” quiere decir que se hace uno con ese pueblo. Se desposa y se desposa en el amor, brindándole amor y esperando respuesta amorosa de ese pueblo. El camino que nos conduce al encuentro con ese Dios es María, la madre que sabe por dónde tienen que caminar sus hijos. Siempre la madre quiere acompañar a sus hijos y también hace suya la experiencia de Dios nuestro Señor: “Tú eres mi pueblo”.
Entonces nosotros también debemos abrazar a María como madre, mejor dicho, abrazar su pilar, para sentirnos muy cerca de ella. Ese abrazo que le dio por primera vez a Santiago Apóstol. Los que peregrinan a Santiago apóstol en Compostela saben qué es un gesto el abrazo al Santo.
Hemos elegido este lema,“250 años abrazados a tu Pilar”, justamente porque queremos hacer consciente, primero, un agradecimiento a tanto tiempo que nos acompaña la madre, que es una bendición y lo segundo, es toda una enseñanza el abrazarnos a su Pilar. Es decir que hacemos la opción por ella en el camino que ella nos marque. El camino que ella nos marca siempre es la última palabra de Cana de Galilea: “hagan lo que Él les diga”, confiar en Él, esperar en Él, en momentos difíciles, en momentos duros, en momentos lindos y de alegría que siempre nos encuentre María abrazados a su pilar.
Por eso, estas Fiestas Patronales para nosotros son importantes porque de alguna manera marcan un hito. 250 años dice el tango no es nada, pero en realidad es mucho más, es un tiempo grande y largo y es toda una historia donde Dios nos ha venido acompañando y eso es lo que queremos agradecer en estos 250 años.
A lo largo de la novena a la Virgen Nuestra Señora del Pilar, van a encontrar por las calles de Pilar a la madre parada para que también vuelvan a abrazarse a su Pilar, como un gesto como un signo, para que sientan que ella no nos abandona; que sigue siempre presente en medio de nosotros. Por eso queremos invitarlos a todos a participar de esta novena y nuestro Obispo ha declarado el año jubilar.
El domingo 2 de octubre comenzó este año jubilar, con un acto en donde tocaron las orquestas de los colegios para después hacer el gesto de abrir la puerta del templo. El gesto de apertura de la Puerta Santa quiere decir que entramos a la iglesia como un signo para acogernos a la misericordia de Dios y eso es abrazar el pilar, a escoger la misericordia de Dios.
Durante todo este año se podrán ganar las indulgencias plenarias y ganar la indulgencia es decir que Jesús me vuelve no solo a perdonar lo que me perdonó, sino que también vuelve a olvidarse de cada una de las cosas que nos ha perdonado y quiere sanar. No solo perdonar, que sería como suturar la herida, sino también sanarla, sanarla del todo, cerrarla del todo, Así como cuando en una herida le ponemos algo para que cierre bien y esté bien, así la indulgencia quiere darnos esa gracia, quiere darnos la fuerza del perdón para sanar nuestro corazón.
Todo aquel que a lo largo de este año que transita de esta Fiesta Patronal a la del año que viene, venga a la Parroquia, visite a la Madre la Virgen del Pilar, rece por la iglesia y exprese su fe con el Credo, haga un acto de arrepentimiento y que comulgue en estos días, van a recibir ese perdón grande que Dios quiere concedernos.
Así que sigamos abrazándonos a su Pilar y en estos días aprovechemos más que nunca a visitar a nuestra madre para que el 12 octubre sea realmente un sentir muy cerca de ella, Qué señor les conceda lo mejor, que es su bendición desde el pilar de María. Amén.