Informe especial

Tres días de furia: veinte años de los saqueos y caos en Pilar

Las horas que precedieron la caída de Fernando De la Rúa estuvieron signadas por el descontrol. En el distrito se multiplicaron las escenas de violencia. Varios comercios fueron arrasados.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de diciembre de 2021 - 00:05

Fueron días de furia que aún hoy resuenan en la memoria de todos, imágenes inolvidables que marcaron el punto máximo de una crisis que afectó a gran parte de los argentinos. El 18, 19 y 20 de diciembre de 2001 –fecha de la caída del gobierno de Fernando De la Rúa- serán recordados por siempre debido al grado de violencia y caos observado en las calles, contexto del que Pilar no pudo escapar.

En medio de un clima enrarecido, agravado por una crisis económica galopante y la implementación días atrás del límite para la extracción de los ahorros (el devastador “corralito”), en Pilar los primeros movimientos se registraron en Villa Rosa, cuando alrededor de las 20 de ese día unas 15 personas –algunas de ellas encapuchadas- intentaron saquear el supermercado Día, ubicado en ruta 25 y Moreno.

Allí, el rápido accionar de la policía abortó la operación y los saqueadores emprendieron la retirada, huyendo en dirección al barrio Lucchetti. No hubo detenciones ni heridos.

Ya desde la mañana, en la localidad habían existido fuertes rumores de que el ataque podría producirse en cualquier momento. Por esa razón, muchos comerciantes se mantuvieron con las cortinas bajas apenas se enteraron lo que estaba ocurriendo. Desde un principio se dudó de la espontaneidad de los hechos, que daban la sensación de haber sido preparados fríamente.

A nivel nacional, los saqueos habían comenzado la semana anterior, más precisamente en Rosario, con movimientos que provocaron represión y heridos; algo similar ocurrió en Godoy Cruz, provincia de Mendoza, y algunas ciudades de Entre Ríos.

La olla a presión estalló al día siguiente, el 19 de diciembre, con una ola de saqueos que provocó el caos en todo el distrito. En Presidente Derqui –la localidad más afectada-, los rumores de saqueo comenzaron desde muy temprano, y se consumaron dejando a su centro comercial prácticamente tomado por los violentos.

El primer comercio que sufrió las consecuencias fue la carnicería “Cotocar”, de Meisner y Alfaro. Allí, unos cincuenta hombres entraron y se llevaron todo lo que pudieron: balanzas, herramientas, carne y hasta el árbol de navidad que decoraba el local. A la carnicería le siguieron dos locales más.

Los supermercados desvalijados fueron cuatro: Eki, Día, City y Gol. El número de saqueadores iba en aumento con el correr de las horas, tornando la situación cada vez más violenta y descontrolada. El primero en sufrir los saqueos fue Eki, que terminó con vidrios y persiana destrozados, arrasado en su interior. Cerca de las 16, los saqueadores se dividieron en dos grupos: así, mientras unos ingresaban a la distribuidora mayorista City, otros hacían lo propio en el supermercado Gol.

En cuanto a la labor policial, algunos efectivos dispararon al aire con balas de goma. Además, cada vez que trataban de controlar la situación eran agredidos con piedras y botellas por parte de los más exaltados. Sin embargo, los partes hablaron de 50 detenidos en todo el distrito.

Las escenas eran inéditas: hombres con las remeras manchadas de sangre (al cortarse rompiendo las vidrieras) cargando lechones al hombro, mujeres embarazadas corriendo con changuitos repletos y chicos en bicicleta con cajas de sidra y cerveza.

Tensa calma
En Pilar, los momentos de tensión se vivieron en la sucursal 5 del supermercado La Economía, en ese entonces ubicada en Tomás Márquez y Martitegui, donde unas 100 personas reclamaron alimentos, los que les fueron dados en bolsones de mercadería.

En forma pacífica, el grupo llegó proveniente de barrios tales como San Alejo, Agustoni y La Lomita, aplaudiendo frente a la puerta del local, que tenía las persianas bajas. Alrededor de las 15, el propio dueño del lugar, Roberto Videle, se apersonó para organizar la entrega de bolsas con alimentos, como harina, leche, fideos y aceite. Incluso algunas bolsas tenían pañales.

A pesar de que en Pilar centro no se produjeron saqueos, las noticias que llegaban desde otras localidades provocaron el cierre progresivo de los comercios, al igual que los supermercados Jumbo, Norte (hoy Carrefour), el mencionado La Economía y el desaparecido Max. Policías de civil vigilaban armados desde arriba de algunos techos.

Alrededor de las 17 un centenar de personas cortaron la ruta 8, a la altura de la calle Guido. También fueron bloqueadas la Panamericana, cerca de las cabinas de peaje, y la ruta 25  a Escobar.

En  ruta 8, los piqueteros prendieron fuego ramas y neumáticos.  En la vereda de enfrente, fue saqueado el autoservicio “Gonzalito”, aunque la policía reprimió con balas de goma y bastonazos apenas advirtió lo que estaba sucediendo.

Final
Cerca del anochecer, en las calles se veían las últimas escenas del despojo, con vecinos comunes encerrados en sus casas desde el mediodía, policías expectantes y saqueadores que regresaban a sus casas cargando lo que habían podido conseguir. Vidrios rotos, alguna sirena que sonaba y una temperatura que superaba los 30 grados. Asimismo, en Villa Rosa se producían nuevos desbordes en un supermercado.

Esa noche, la TV iba a transmitir los cacerolazos en el centro porteño y la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo. Horas antes, Fernando De la Rúa había decretado el estado de sitio.

Al día siguiente, jueves 20, entre disturbios y una represión feroz en todo el país, el Presidente renunciaba y se alejaba de la Casa Rosada a bordo de un  helicóptero. Todo en apenas tres días, hace ya veinte años. 

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