Si en los últimos días ya era difícil circular por el distrito sin un salvoconducto que lo justifique, desde este fin de semana, es una tarea casi imposible. Fuerzas de seguridad nacionales, provinciales y municipales montaron retenes en los puentes de acceso y salida de la Panamericana que quedaron abiertos luego que, el último viernes, el Municipio decidiera cerrar la mitad de los existentes.
El secretario de Seguridad del Municipio, Federico Kruse, le explicó a El Diario que la intención es “dejar accesos principales abiertos y suprimir los secundarios para facilitar los controles” y, de ese modo, desalentar al máximo la circulación. Los retenes están a cargo de Gendarmería, Policía de la Provincia de Buenos Aires y la Guardia urbana, que actúan juntos o por separado solicitando la documentación correspondiente.
Ayer, el primer día de aplicación del torniquete más apretado, la evaluación de las autoridades fue positiva.
“La mayoría de los que pasaron por los controles de hoy (por ayer) tiene los autorizaciones correspondientes -sostuvo Kruse-. Hay muchos camiones y gente que acreditó la autorización dentro de las condiciones del DNU” que estableció la cuarentena.
De todos modos, Kruse señaló que “todos los días hay entre 50 y 60 detenidos” por violar el aislamiento obligatorio. A la vez, también se incautan vehículos que están depositados en las comisarías, a disposición de la Justicia Federal.
Incluso, Kruse señaló que la entrada de autos al distrito a través del peaje de Panamericana fue moderada y fuertemente monitoreada por la Gendramería. Una diferencia con la previa del último fin de semana largo, cuando se habían registrado colas de varios kilómetros.