En los últimos días, las redes sociales se cubrieron de reclamos por los precios irrisorios en distintos comercios, realidad a la que Pilar no escapa. Son muchos los vecinos que expresaron su malestar por la “avivada” de algunos comerciantes que en un contexto de “aislamiento social obligatorio”, aumentaron los productos de manera desproporcionada, en algunos casos llegando a subas de hasta el 100%.
La disparada comenzó semanas atrás, con el alcohol en gel, barbijos y otros elementos de higiene, pero rápidamente se trasladó a productos de la canasta básica, despertando la preocupación y el enojo de los clientes. Se hizo patente en los últimos días cuando, tras el feriado largo y pese al asilamiento, la actividad comercial volvió a activarse.
Fueron varios los vecinos que se quejaron. Uno de ellos, el docente José Urquijo, apuntó, en particular, contra los supermercados chinos a los que calificó como “unos ladrones”. “Les juro, y Dios me perdone, salí al súper a unos chinos cerca de casa. Por favor, son unos ladrones. Deben hacer un control urgente, hay personas que viven al día y no tiene más que una moneda para comer y que no puede hace changa”, lamentó.
La disparada de precios alcanza a todas las localidades. “Acá en Villa Rosa los chinos y las verdulerías es una vergüenza cómo aumentaron las cosas. Nadie controla nada”, disparó Eva Sotelo. Mientras que otra vecina de la misma localidad, Julia Ramos, explicó que “todos remarcaron y tenés que ir, no te queda otra, porque algo hay que comer”.
En el barrio San Alejo, de acuerdo a lo que contó Jorge Castañeda, está ocurriendo lo mismo y opinó: “los almacenes de los bolivianos también están aumentando las verduras, el pan, el azúcar. Están zarpados”.
Por su parte, Hugo Perezlindo contó que “fui a la carnicería, me quiso cobrar 470 pesos lo que ayer compré por 380 y le pagué lo que me cobró ayer y le dije ‘si querés denuncia y vemos quién pierde, tengo los tickets’. No me dijo ni una sola palabra”.
“Son los empresarios los que están jugando sucio. La carne me la aumentaron 30% y el pollo igual. No tenemos a quién quejarnos y si no compramos el otro sí lo hace. Es un cuento de nunca acabar”, dijo Carlos Lito Pérez.
Esta situación también fue replicada en el Correo de Lectores de El Diario de ayer, en donde Esteban Martínez se preguntó: “¿Quién controla los sobreprecios? En Astolfi aumentaron el 10% las verduras y frutas. Y no sé si las mercaderías también. Encima, ni ticket te dan. Les pedís factura y te mandan a la panadería. ‘Acá no vendemos’. Una vergüenza”.
Como ingrediente extra, a los sobreprecios hay que sumarle que comienza a notarse el faltante de algunos productos. Esto se da, en particular, en verdulerías de la zona, cuyos propietarios explicaron que tanto en el mercado de Pilar como en el Mercado Central, hay desabastecimiento.