por Diego Schejtman
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En la era de internet, Zelaya es una localidad aislada. Incluso en materia de seguridad.
Luego que en el 2017 una tormenta derribara las torres de radioenlace, Zelaya se quedó sin las tres únicas cámaras de monitoreo que funcionaban hasta ese momento. Y recién en los últimos días volvió a tener otras dos, según le contó a El Diario en el secretario de Seguridad del Municipio, Horacio Piazzale.
“Pusimos dos, una en la entrada por Pilar del Este y la otra en el Centro de Atención Primaria”, reveló Piazzale. Dijo que la intención es colocar una más en la en la plaza, aunque no tiene plazos.
El problema, contó, es de conectividad por falta de tendido de fibra óptica. En realidad, hay un tendido incipiente. Según Piazzale, se trata de una empresa que está prestando el servicio en el country San Sebastián y, lentamente, ensaya su salida al barrio abierto. Dijo no saber de qué empresa se trata.
Las negociaciones del gobierno para que se preste el servicio son, al menos, lentas. Piazzale admitió no estar en condiciones de dar plazos para la colocación de la tercera cámara y menos de las otras seis que faltarían desde entonces para cumplir la promesa que, hace un mes, les hizo a los vecinos de instalar nueve ojos electrónicos.
Fue en una reunión por seguridad, después de una ola de robos que había generado enojo en la localidad. Desde entonces, hubo allanamientos, algunas detenciones y hasta se recuperaron elementos robados. Pero la prevención sigue desconectada.
La falta de conectividad es una falla de la aplicación de la polémica ordenanza que permitió el cableado aéreo. El argumento que habían esgrimido el oficialismo y sus aliados para aprobarla había sido que eso garantizaría la llegada del servicio a localidades que hasta entonces no estaban alcanzadas. Incluso, un artículo obliga a los nuevos prestadores a llevar el 20% de sus tendidos a esas zonas. Pero en la práctica eso nunca pasó.
El secretario de Servicios Públicos, Eduardo Villar, dijo que eso solo pasaría cuando alguna empresa que no opere en el distrito solicite el permiso para hacerlo. Pero eso no se concretó, aunque desde la puesta en vigencia de la norma aparecieron legalizados operadores que antes solo habían cableado de manera clandestina.
Los vecinos dicen que la desconexión ocurre también en materia de salud. Es que además de la demora en la ambulancia pedida para atender al joven atacado por una patota, un caso similar se había denunciado horas antes. Fue cuando un hombre se patinó tratando de sacar su auto del barro y al caer se fracturó la cadera. Según los vecinos, la ambulancia demoró más de una hora en llegar a asistirlo. El Diario consultó al Municipio sobre esta situación, pero no obtuvo respuesta.
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Cámaras prometió instalar el Municipio. Por ahora, hay dos. Y no hay plazos para las restantes.